El diario personal de una mujer, mexicana, migrante y mamá que vive en Alemania… sus experiencias, sus anécdotas y sus opiniones!

Y otro año se va! El tercero con pandemia y me gustaría decir que el último, pero leyendo sobre la situación en China, no sé que pensar. Dios quiera que no sea un deja vu y volvamos a empezar como en el 2020.

Hace unos días imprimí las entradas de los últimos dos años para agregarlas a mi blog impreso y me di cuenta que este año escribí mucho menos que los años anteriores. Por un lado, tengo menos tiempo y por otro ya no tengo muchos temas de los cuales escribir. Estoy pensando seriamente en cancelar mi dominio y quedarme con uno estándar de wordpress. Si lo llego a hacer, cancelaré también mi página de Facebook porque ya casi no tiene movimiento.

El 2022 fue un año tranquilo que me trajo entre otras cosas:

⁃ un poco de normalidad después de dos años sin eventos, pero con vacunas, tests, lockdowns y miedo.

⁃ estabilidad en el trabajo al pasar mi período de prueba

⁃ viajes a Grecia, Holanda y Bélgica

⁃ cuatro semanas con mi mamá en Alemania

⁃ la oportunidad de cumplir el sueño de Victoria de conocer Corea del Sur

⁃ la oportunidad de enviar a Caty de intercambio escolar a USA

⁃ poder participar con mi hija mayor como catrinas en el Día de Muertos en Hamburgo

⁃ tres semanas en una clínica de rehabilitación que me hicieron valorar aún mas la vida, la salud y la familia

⁃ ser madrina de primera comunión de la hija de una amiga mexicana

⁃ inscribirme por primera vez en un gimnasio

⁃ el famoso bicho covid que nos dio a todos en verano

Muchas cosas positivas y otras no tanto, pero terminamos el año con salud. Eso sí, separados! El año 2022 lo empecé en Mexico, mientras que Tom y las chicas estaban en Colonia. Y ahora lo termino con Tom en un hotel wellness, mientras que Caty está en USA y Victoria celebrando con amigas en la casa. Y creo que así será de ahora en adelante, ya con hijas casi adultas, no será raro que cada quien festeje a su manera el fin de año.

Los highlights del 2022 fueron:

⁃ el viaje a Kos para celebrar nuestro aniversario de bodas #20

⁃ la reunión-posada con mis amigas “Brujas de Kassel” en una cabaña donde cantamos, jugamos, bailamos y cenamos como en Mexico. Este año no escribí a detalle por falta de tiempo, pero la verdad que fue un fin de semana único.

⁃ sobrevivir una peritonitis por milagro. Saber que no me ha llegado la hora y que por alguna razón aun misteriosa sigo en este mundo, me ha hecho más sensible y valoro mucho mas cada minuto de mi vida, sea sola, con familia o amigos, en la naturaleza o en el trabajo.

Y como cada fin de año no sirve solo para reflexionar sobre los últimos 12 meses, sino para ver hacia adelante, aquí mis planes y propósitos para el 2023:

⁃ seguir haciendo ejercicio en el gimnasio

⁃ buscar áreas de crecimiento en el trabajo

⁃ visitar Monterrey en abril y pasar tiempo con la familia

⁃ ahorrar para ver si podemos pagar la casa por completo y liquidar el crédito

⁃ celebrar de forma especial mis 50 veranos

⁃ ya que llegue Caty, planear unas vacaciones en un lugar cálido y desconocido

⁃ y disfrutar cada minuto como si fuera el primero, el último y el único.

Mis mejores deseos para que el 2023 cumpla tus sueños, te dé lo que necesitas y mereces y te llene de bendiciones.

Y ruego a Dios para que la paz reine sobre cada rincón de la tierra, sobretodo en Ucrania.

PD. Recuerdan que empecé a contar las semanas cuando la mascarilla se volvió obligatoria? Pues ya vamos en la semana 147. En Alemania sigue siendo obligatoria en el transporte público y en consultorios y hospitales. Haré una fiesta el día que no sea obligatoria en ninguna parte.

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Novedades al terminar el año

Se han pasado dos meses sin escribir en mi blog y no puedo creer lo rápido que se ha pasado el tiempo. Después de tres semanas en la clínica de rehabilitación, siguieron tres semanas de tiempo parcial en el trabajo.

Cómo estuve ausente dos meses, se recomienda volver a la rutina laboral poco a poco y en mi caso elegí empezar con 4 horas diarias la primera semana, para continuar dos semanas más con 6 horas diarias. Fue hasta mediados de noviembre, cuando finalmente trabajé de nuevo de tiempo completo.

Sí me costó trabajo volver a la rutina, porque después de dos meses de estar en reposo, descansando y recuperando fuerzas, uno se desacostumbra a estar con la cabeza al 100%. No podía concentrarme y me cansaba después de un par de horas de estar en conferencias. Eso sin contar con lo que se me olvidó en todo ese tiempo y en los cambios que hubo durante mi ausencia. El mayor cambio fue la renuncia de mi jefa, lo que significó un cambio de equipo y de jefe!

En fin, vamos a dejar el tema del trabajo. Como les había comentado, cumplí mi propósito y me inscribí a un gimnasio, a donde voy por lo menos 3 veces a la semana. Poco a poco he ganado un poco del peso perdido y tengo más energía. Hace un par de semanas me hicieron una colonoscopia para revisar el intestino, y parece que todo está bien aunque la verdad es que todavía tengo problemillas con la digestión cuando como mucho o como cosas “exóticas” o raras.

Pero no me puedo quejar, después del susto ya estoy trabajando, comiendo y viviendo cómo antes del “incidente”. Sólo me ha quedado una cicatriz bastante grande que me recuerda todos los días, lo agradecida que estoy con Dios y que tengo que disfrutar cada momento, porque uno nunca sabe…

Y en un abrir y cerrar de ojos se llegó Diciembre con sus mercados de navidad, el calendario de adviento, las reuniones con amigas y la decoración navideña. El covid nos dio chance de disfrutar sin mascarilla y volver a tomar vino caliente o ponche en los mercados de navidad.

Este año pasamos la navidad sin Catalina que sigue en Texas por su intercambio escolar. El 24 tuvimos cena mexicana solo nosotros tres con tamales, frijoles y arroz. De postre hice flan y después de cenar, abrimos los regalos. El 25 vinieron mis suegros y comimos ganso y venado, acompañados de croquetas y col morado. Fue una navidad muy relajada, con casi 10 grados y mucha lluvia.

El fin de año mi marido y yo lo pasaremos en una cena-baile en un hotel-spa , mientras que nuestra primogénita celebrará con amigas. Ya está por cumplir 18 y definitivamente no quería pasarla con nosotros, jiji.

Y así llega la hora de despedir el 2022, un año con muchos viajes, retos, aventuras y sustos. Espero que el 2023 traiga paz a Ucrania, la economía no haga más estragos, Caty siga disfrutando su segunda mitad de intercambio y conservemos el trabajo y la buena salud.

Para empezar Victoria y yo ya tenemos boletos para visitar Monterrey durante las vacaciones de Pascua y veremos que otras sorpresitas nos depare el nuevo año. Cuídense mucho y aunque ya no escriba tan seguido, espero actualizarlos de vez en cuando. Mis mejores deseos para el 2023!!!

Por último les comparto lo que hice la tercera semana en la clínica de rehabilitación:

Día 16- Después de desayunar tuve terapia de las manos y me empezó a doler muchísimo el estómago. Tuve que cancelar la sesión en el gimnasio para pedalear en la bici estacionaria y los acuaerobics. Después de un rato se me pasó y comí un poco al mediodía. Fui a la sesión de gimnasia y a una charla sobre los que sigue después de la rehabilitación para los que nos vamos la próxima semana. De ahí me fui al gimnasio a hacer mi rutina y pedalear 😊

Día 17- El viernes fue el día mas ocupado hasta ahora, tuve que casi correr de una terapia a otra para llegar a tiempo. Empecé a las 7:30 con terapia de respiración, después de desayunar fui al gimnasio donde estuve en la bicicleta estacionaria e hice mis rutinas de brazos y espalda. Luego al masaje en la cama de agua, relajación con el método Jacobson y a la alberca a los acuaerobics. Después de comer caminata alrededor del estanque de patos y por la noche seguí pintando en el taller de arte. Terminé cansadísima pero contenta. Un día muy productivo y con el que me doy cuenta de lo mucho que he mejorado en estas semanas 😉

Día 18- Normalmente no hay mucho programa los sábados, pero hoy me apuntaron caminata a las 9, donde conocí a un paciente nuevo de Tenerife y terapia de las manos a las 10 y media. Después me fui con dos pacientes a la ciudad de Mölln, ahora en coche porque una de ellas vino de Colonia en su propio auto. Comimos delicioso en un restaurante italiano y de regreso paramos en un lago, donde pudimos caminar por el bosque y descubrir cualquier cantidad de hongos. Creo que es el paseo más bonito que he hecho en toda mi vida en Alemania. Simplemente maravilloso!

Día 19- Domingo de descanso pero para no perder la costumbre, fui a la piscina a nadar un rato e hice mi caminata de rigor. Fue un día soleado y hermoso!

Día 20- Ya he oído de otros pacientes que al final los días están más llenos de actividades y no he sido la excepción. Hoy empecé tempranito con gimnasia, luego terapia manual, gimnasio y acuaerobics. Por la tarde una plática sobre nutrición sana y una cita con el trabajador social para revisar mi proceso de regreso al trabajo.

Día 21- El día estuvo tranquilo con las terapias de ejercicio en el gimnasio, acuaerobics y caminata. Por la tarde me despedí de Beatrix y José (el paciente de Tenerife) con vino espumoso y empaqué mis maletas.

Día 22- Después del desayuno, el taxi me recogió a las 9 de la mañana para traerme de vuelta a casa. No había mucho tráfico y llegué antes del mediodía. No había nadie porque Victoria está en un curso para su licencia de manejo, así que puse mis cosas en orden y preparé todo para comer con Victoria cuando llegó. Home sweet home, no hay nada como estar en casa 🥰

Tres semanas pueden parecer largas o cortas dependiendo de dónde estemos, creo que para una rehabilitación es el tiempo perfecto. Quizás 4 semanas sean mejor para quien haya pasado un cáncer o un accidente grave, pero más no porque se empieza extrañar la casa, la familia y la rutina personal.

Tuve muchísima suerte con el clima porque a pesar de ser otoño, tuve más días soleados que nublados y solo un día se canceló la caminata por chubasco. Otros días llovió pero por la noche, así que no me queda más que agradecer a Dios por mandarme tanto sol en este tiempo de recuperación.

Lo que mas disfruté en este tiempo fue:

  • las terapias, sobretodo las de relajación
  • conocer otras historias de pacientes para valorar aún mas lo afortunada que soy
  • el taller de arte donde pasé muchas horas pintando
  • la naturaleza alrededor de la clínica donde encontré mucha paz

Y entre las cosas que no me gustaron tanto fue la comida y que se cancelaron varias actividades por falta de personal o enfermedad. De ahí en fuera, estoy muy satisfecha con la forma en que funcionan estas clínicas y lo positivo que pueden ser en el proceso de sanación.

Hoy empiezo a trabajar después de una pausa de dos meses. Por lo mismo empezaré paulatinamente, con una semana tranquila de 4 horas diarias y luego dos semanas de 6 horas. Este tiempo también es pagado por el seguro de pensión y no por mi empresa. Finalmente a mediados de noviembre estaré a tiempo completo, pero está semana he dado por cerrado este capítulo de mi vida y ahora toca concentrarme en seguir la vida de forma saludable.

El jueves me inscribí a un gimnasio local para continuar con el ejercicio y no perder la costumbre después de estas 3 semanas, que aunque he empezado con poco peso y tranquilito, puedo ir aumentando con el tiempo, además de aprovechar los cursos de yoga o zumba que ahí mismo ofrecen.

Así que aquí termina esta historia y no queda mas que agradecerles su apoyo y oraciones. A lo que sigue, que noviembre pinta bastante ocupado y diciembre ni se diga 🎄

Antes de escribir sobre mi experiencia en la segunda semana de rehabilitación, les voy a contar algunos aspectos generales de la clínica.

Comida- en el desayuno y en la cena sirven un buffet en el comedor. Como ustedes saben el ingrediente principal de estas comidas es el pan, así que además de la gran variedad de pan sirven embutidos, quesos, ensalada por la tarde y cereales por la mañana. De tomar hay agua con y sin gas, té y café. En el kiosco venden jugos y otro tipo de bebidas. Para el mediodía hay tres opciones a escoger: un menú completo que normalmente incluye carne roja, de puerco o de res, un menú ligero que incluye en su mayoría pollo o pescado, y por último el menú vegetariano.

Pacientes- la mayoría de los pacientes tienen o tuvieron cáncer. Hay más mujeres que hombres y más personas mayores que jóvenes. En los últimos días he conocido gente en las terapias y con las que normalmente salgo a caminar o me tomo un café en las pausas.

Personal- hay enfermeras, médicos y terapeutas. En general la mayoría me ha parecido simpática y servicial, pero como en todas partes hay uno que otro de mala cara o con muy mal humor.

Dia 9 – El día de hoy tuve cita con el ginecólogo que resolvió algunas de mis dudas con respecto a la menopausia. Además fui al gimnasio, hice caminata de costumbre y tuve media hora de gimnasia. En las pausas me puse a pintar y leer. El workshop de pintura con acrílico se canceló a última hora, pero comoquiera fui con otras pacientes al taller a pintar.

Día 10- El viernes empezó a las 7:30 con terapia de respiración, además tuve ejercicios para las manos y caminata por la tarde. Después de cenar pasaron una película en un salón que vi con otros pacientes. Nada del otro mundo, pero mejor que estar sola en la habitación 😊

Día 11- Los sábados no hay muchas actividades planeadas, así que después de la caminata matutina me fui a Mölln con Beatrix para pasear y comer algo en un restaurante. La comida en el comedor no es mala, pero ya me está aburriendo 😢

Día 12- Domingo de descanso! Me desperté tarde y salí a caminar al bosque que está detrás de la clínica. He tenido suerte con el clima porque hemos tenido muchos días de sol. Obviamente ya hace frío, pero el sol hace relucir aún mas el paisaje otoñal. Por la tarde fui a probar la alberca, una delicia!

Día 13- Volví a empezar temprano pero ahora con gimnasia. Hoy me asignaron hacer bicicleta estacionaria, solo 10 minutos y sin mucho estrés. Además tuve el masaje en la cama de agua, rutina en el gimnasio y terapia de las manos. Por la noche ofrecieron un Workshop de baile, pero la música no me gustó mucho… Soul! Desde ayer empezaron a hacer tests rápidos de covid por abecedario y me tocó hoy.

Día 14- Tuve una platica con la nutriologa sobre alimentos para aumentar la masa muscular y dar energía. Muy interesante. Me tocó control con el médico, desgraciadamente un tercero que no tenía idea de mi diagnóstico y tuve que contarle todo otra vez. Le pedí que me agregara a los acuaerobics y solicitara una cita con el psicólogo. Por mi cuenta salí a caminar e hice mi rutina en el gimnasio y por la noche me puse a pintar con otras pacientes en el taller de arte.

Día 15- Hoy tuve terapias de manos y respiración, masaje en la cama de agua que cada vez disfruto más y aquaerobics en la alberca. Salí a caminar con Beatrix porque el clima sigue soleado y después de charlar un rato con una paciente nueva que habla español, fui al gimnasio. Por la noche pasaron otra película y me reí mucho 😂

Y ya solo queda una semana que intentaré disfrutar al máximo. Hasta la próxima!

En Rehabilitación

Después de la experiencia del hospital que les conté recientemente, la doctora que me operó de emergencia me sugirió solicitar una terapia de rehabilitación. En ese momento no sabía mucho al respecto peo le dije que me parecía buena idea y se empezaron los trámites.

Tuve que llenar algunos formularios que junto con el dictamen del hospital, se enviaron a mi seguro de pensión/retiro para su aprobación. Una vez aprobada, el mismo hospital buscó un lugar en las clínicas cercanas y me enviaron la invitación oficial unos días después.

Las terapias estacionarias de rehabilitación duran por lo general 3 semanas y son financiadas por el seguro de pensiones, al igual que el sueldo durante este tiempo. No pagan el 100%, sino un poco menos (60-70%). En mi caso, me enviaron a una clínica de rehabilitación especializada en gastroenterología y oncología, pero hay para todo tipo de enfermedades.

El objetivo principal de estar en este tipo de clínicas, es recibir la terapia necesaria para volver al trabajo lo mas sano y pronto posible. En las tres semanas se realiza un programa exhaustivo con fisioterapia, ejercicio, atención psicológica, terapias de grupo, pláticas sobre la enfermedad, meditación, etc.

Supongo que dependiendo de la especialidad de cada clínica, las instalaciones serán diferentes. Ésta en particular tiene varios edificios con habitaciones, un gimnasio, alberca techada, consultorios y oficinas, biblioteca, comedor y mucha naturaleza a su alrededor. No es muy grande y tiene una capacidad para 130 pacientes. Todas las habitaciones son individuales, pero como hay pacientes que traen a sus hijos o necesitan alguien que los cuide hay habitaciones mas grandes. También hay posibilidad de traer a tu perro 😬

A continuación les cuento mi experiencia personal:

Día 1. 28.09.2022 – La clínica organizó que un taxi me recogiera en casa. Otras opciones hubieran sido viajar en tren o carro propio, pero como no puedo cargar mis maletas, la opción de taxi fue la mejor en mi caso. El taxista llegó a las 10 am por mi y debido al tráfico en la carretera, tardamos dos horas y media en lugar de dos horas en llegar a nuestro destino. En la recepción revisaron mi test negativo de covid, me dieron la llave de mi habitación y mi primera cita un rato después. Tuve que comer rápido para llegar puntual con la doctora que hizo una primera evaluación de mi caso y programó las terapias necesarias. En el comedor me asignaron una mesa donde comeré durante las tres semanas y el segundo turno para las tres comidas del día. Gracias a Dios, porque el primer turno desayuna a las 7 am y cena a las 5 pm 😬

Junto con la llave de su habitación, cada paciente recibe la llave de un buzón personal que tiene que ser revisado varias veces al día. Ahí colocan el programa de terapias y citas del día siguiente. Desgraciadamente los fines de semana no hay actividades, pero el gimnasio y la alberca están abiertas y es posible salir de la clínica a las ciudades cercanas solo, con otros pacientes o con visitantes.

Día 2 – El programa del día incluyó gimnasia, terapia de respiración y terapia con ejercicios para las manos. Cabe mencionar que las sesiones duran 25 minutos que se pasan volando! Además hubo una plática informativa sobre el concepto de la clínica y lo que nos espera en las siguientes semanas. Por la noche me apunte a un taller con colores de acrílico dado por una pintora, donde pude experimentar un poco.

El primer día me controlaron el nivel de azúcar en la sangre tres veces al día y por tres días tuve que apuntar mi presión arterial y el pulso. Adicionalmente me hicieron un análisis de sangre a primera hora. En la clínica hay un doctor las 24 horas del día y la estación de enfermeras esta abierta gran parte del día para cualquier eventualidad.

Día 3 – El viernes fui al gimnasio donde una entrenadora me indicó una rutina para brazos y espalda que tenía que practicar durante el fin de semana. Por la tarde me uní a un grupo de caminata por los alrededores de la clínica. En enfermería me revisaron las cicatrices y me pusieron algo para terminar de cerrar una herida aún abierta. Por la noche vino un guitarrista de ritmos españoles a amenizar la velada.

Día 4- Durante la mañana estaba lloviendo a cántaros, asi que la única actividad del día: caminata, se canceló. Me puse a leer, pintar y fui al gimnasio a practicar mi rutina y ahí conocí a una señora con la que planeé visitar la ciudad al día siguiente.

Día 5- Junto con Beatrix tomé el autobús a Mölln, la ciudad más cercana a la clínica, donde había un festival de Food Trucks y el comercio estaba abierto (como saben en Alemania solo se abre el comercio 4 domingos al año). El clima estuvo bonito y después de recorrer las dos calles principales, nos tomamos un café antes de regresar a la clínica.

Día 6- Día festivo por la reunificación alemana que significó otro día sin actividades. Caminé con Beatrix y otra paciente por el bosque atrás de la clínica y el resto del día fue de descanso.

Día 7- El programa del día incluyó gimnasia, cita con el médico, caminata y terapia de grupo en el taller de arte. El médico resolvió algunas dudas que tenía y me buscará una cita con el ginecólogo. Lo que mas me gustó hoy fue la terapia de grupo que incluyó una parte de intercambio de experiencias con una actividad manual con barro para relajarnos y adentrarnos en nosotros mismos. Como el día estuvo soleado, aproveché de cargar vitamina D en cualquier pausa que tenía.

Después del fin de semana largo, todos los pacientes tuvieron que hacerse una prueba rápida de covid. Aprovecho para mencionar que siguen las restricciones por covid, por ejemplo hay que traer siempre mascarilla y los grupos de terapia son limitados para permitir la sana distancia 😩

Día 8- Hoy cumplí una semana en la clínica. Algunas terapias se repiten frecuentemente como la terapia de respiración, el grupo de ejercicios con las manos, la rutina en el gimnasio y la caminata. Pero hoy tuve un masaje en una cama de agua que me encantó y me relajó al máximo. Además hablé con una nutriologa que resolvió todas mis dudas y me dio algunos consejos para mejores mi digestión. Por la noche asistí a una sesión de meditación que también fue excelente para relajarme.

No cabe duda que los objetivos de este tiempo de rehabilitación se están cumpliendo y cada día estoy mas feliz de estar aquí y mas agradecida por tener esta oportunidad.

Termino esta entrada el día de hoy, pero como dicen en la películas: continuará…. estoy segura que seguiré acumulando experiencias que compartiré con ustedes en una segunda y tercera parte. Hasta pronto!

A dieta!

Soy de esas pocas afortunadas personas que nunca han tenido que ponerse a dieta en su vida. De niña fui muy delgadita y pequeña y usaba ropa 1 o 2 tallas mas chicas de mi edad. De joven nunca tuve un cuerpazo y seguí delgada, comía de todo y jamás hice ejercicio.

Según mi marido es genética, y pues no voy a decir que abusaba de la comida, pero nunca me quedé con hambre o medía las calorías consumidas. Simplemente comía porciones normales, nunca me limité en dulces, postres o snacks y pues seguía flaca. Qué suerte!

Con ambos embarazos solo subí 10 kilos cada vez, y los bajé poco después de dar a luz. Incluso en el embarazo de Catalina tuve problemas y tenía que tomar unas bebidas especiales para aumentar de peso.

Y en los últimos 15 años seguí comiendo de todo, cocinando lo más saludable que conozco para la familia, pero sin contar calorías, ver etiquetas en los empaques, ni fijarme si algo tiene tanta azúcar o tanta grasa. Mi marido si que debería bajar de peso, pero sin ejercicio y comiendo en el trabajo lo que le da la gana, pues imposible!

Pero al llegar a los 40 si noté que empecé a subir un poquito… comiendo lo mismo, la báscula fue subiendo sin saber exactamente porqué. La edad, dicen todos… y pues si, el cuerpo va cambiando y no dudo que todo se almacena de forma diferente 🙂 Desde hace un par de años hago una rutina de ejercicios tres veces a la semana por cuestión de mis huesos, pero no lo consideraría deporte ni suficiente para quemar las calorías consumidas por día.

Sigo delgada pero en los pantalones tuve que subir una talla y preferí adaptarme a mis kilitos que ponerme a dieta 🙂 Pero quien diría que una operación de intestino los quitaría de un jalón y me obligaría a ponerme a dieta para no estresar a mi sistema digestivo!

Y pues aquí me tienen leyendo etiquetas en los empaques, comprando productos sin lactosa ni gluten, al menos por un par de semanas, mientras que mi intestino aguanta todo lo que estaba acostumbrado a procesar.

Cómo saben, estuve 12 días en el hospital, de los cuales 6 estuve alimentada de forma intravenosa. No me daba hambre ni sed y un día antes de quitármela, me dieron sopas. No sé bien que tipo de nutriólogo les prepara los menús, pero entre las sopas venía una verde que incluía brócoli que no quise ni probar. Los siguientes días (gracias a Dios solo 3) me dieron menú de “dieta” que incluyó sopa de tomate, filete de puerco y yogurt, cosas que no me comí por recomendación de una amiga médica para evitar gases, retorcijones o dolor de panza.

Ya en casita sigo con dieta blanda y poco a poco iré integrando grasa, carne roja, lácteos y productos integrales. No tengo prisa y sí quiero pasar estos días sin tantos malestares estomacales, que ya con la cicatriz y la inflamación tengo suficiente 😦

Confío en un par de meses poder disfrutar de un buen mole, una pizza italiana o una dona de chocolate sin problemas! Y si he de aumentar de peso otra vez, tampoco pasa nada porque prefiero tener reservas para situaciones como ésta 🙂

Así que disfruten de cada platillo que comen, porque eso de no poder comer es horrible! Y no se lo deseo ni a mi peor enemigo!

Tercera oportunidad

Exactamente hace 8 años me quitaron la matriz por mi endometriosis. Me operaron un viernes (29.08.2014) y el domingo me tuvieron que operar de emergencia por hemorragias internas. Me salvé de milagro y en ese entonces juré no volverme a operar en viernes porque los fines de semana hay muy poco personal en los hospitales.

Así que para una laparoscopia programada elegí un miércoles. Un procedimiento ambulatorio, de rutina y que ya había tenido hace 20 años. Esta vez no era solo de exploración sino para quitar un quiste en el ovario izquierdo.

Pero como en toda intervención, hay riesgos y ni el día de la semana ni mi larga experiencia en hospitales me salvó de otro susto. Aquí les va la crónica dia por día:

Día 1. 24. Agosto.2022

Mi marido me lleva al hospital a las 7 am para la laparoscopia planeada a las 8 para quitarme unos quistes en el ovario izquierdo. Despierto de la anestesia general al mediodía con la novedad de que tuvieron que quitarme los dos ovarios por diversos quistes. A las 4 de la tarde me recoge Tom y cenamos en la terraza. Parece que todo salió bien. Me siento inflamada, pero es normal por el gas que me introdujeron para el procedimiento.

Día 2. Pasé la noche regular, nada raro por la operación pero durante el día me fui sintiendo más débil y rara. Yo no recuerdo haber vomitado, pero mi marido sí y además de eso, el hecho de ver sangre al evacuar me indicaron que algo no estaba bien del todo. A las 7:30 pm Tom llama a una ambulancia. Los paramédicos me revisan y deciden llevarme al hospital, solita porque Tom tenía que recoger a Victoria de una reunión. Llegando al hospital me sacaron sangre y me llevaron a ginecología para un ultrasonido. La doctora no podía detectar exactamente el problema pero en eso llegaron los resultados de sangre que indicaban una fuerte infección. Así que a tomografía! Y pues sólo Dios que vieron que me dijeron que tenían que operarme de emergencia, porque algo no estaba bien con el intestino grueso. Me operaron a media noche y me tuvieron que cortar un pedazo de intestino (colectomia) que habían dañado en la laparoscopia 😬 En pocas palabras, de no haber llamado a la ambulancia quizá no hubiera pasado la noche.

Día 3. Despierto de la anastesia general con un dolor terrible en la nariz por una sonda que tuvieron que retirarme porque no aguantaba la presión. Poco a poco me ubiqué y me contaron lo que me habían hecho. Ese día nada de comer ni beber. Tom me trajo algunas cosas al hospital, de entrada me quedaré unos días ☹️ Por la tarde ingresaron a una señora mayor con mi misma historia, laparoscopia con perforación de intestino, pero a ella no le tuvieron que cortar un pedazo. Habitación doble compartida con mismo diagnóstico 😉

Día 4. Como siempre los fines de semana pasa poco en los hospitales por poco personal. Seguía muy hinchada y comencé a vomitar ácido gástrico, asi que por la noche una enfermera intentó colocarme la sonda en la nariz sin éxito. Solo me permiten tomar unos sorbitos de agua.

Nota informativa sobre covid. En este hospital solo se permite la visita de una persona por día por paciente durante 1 hora. El horario de visita es de 2 a 7 pm y se tiene que presentar un test negativo del día. Lo cual significa que solo Tom puede entrar al hospital, gracias a Dios me siento un poquito bien y puedo caminar asi que pude ver a Victoria un ratito afuera del hospital.

Día 5. Me visitó el jefe de sección que resultó esposo de una amiga y volvió a intentar la sonda con más cuidado, y ya se dieron cuenta que por mi problema óseo era imposible 😩 Se ordenó alimentación intravenosa.

Día 6. El aparato digestivo comenzó a evacuar, buena seña pero no suficiente para comer. Sólo podia tomar agua o té. Seguía vomitando dos tres veces por día esa cosa verde asquerosa.

Día 7. Me dieron permiso de comer yogur (unas cucharaditas), pero durante el día me sentí muy inflamada y débil. Sigo dando rondas por los pasillos y afuera para activar el sistema digestivo, distraerme y cambiar de aires.

Día 8. Desayuné gelatina y me quitaron el catéter de la vejiga y un drenaje del estómago. Sigo con alimentación intravenosa. Por la noche me tomé un yogur. Fue el ultimo día que vomité el ácido gastrico! Yei!

Día 9. Pasé la noche fatal por el yogur y me lo quitaran de la dieta por el momento. Sigo muy inflamada y con gases. El ginecólogo que me operó los ovarios me informó que los quistes resultaron benignos y que la terapia hormonal a seguir la puedo discutir con mi ginecóloga en un par de semanas. Para desayunar, comer y cenar me dieron diferentes tipos de sopas, unas mas comibles que otras, pero al menos las retiene mi estomagito. Me hicieron análisis de sangre para controlar el potasio porque lo traigo muy bajo.

Día 10. El doctor revisó mi abdomen y comentó que está mejorando, yo la verdad lo siento igual de inflamado. Me quitaron la alimentación intravenosa! Ya me sirvieron comida regular con la condición de comerme solo media porción, pero no tengo confianza en comer todavía de todo. Me voy a ir lento… por otro lado, dieron de alta a mi vecina de cuarto a pesar de tener las piernas hinchadisimas y no verse muy bien, pero ya no quería quedarse aquí. Ojalá mejore en casa. Al poquito rato trajeron a otra paciente a mi habitación, desgraciadamente con un diagnóstico muy malo 😒 Hace tres semanas le quitaron un tumor canceroso del intestino y ahora trae una infección.

Día 11. sábado. Fin de semana en el hospital… ni modo, bendito Netflix! La verdad es que ni tiempo para series, una amiga me trajo sopita de verduras y comimos afuera. El clima estuvo muy lindo y salí varias veces a caminar. También Victoria y Tom me visitaron por la tarde y el día se me pasó rápido. El estómago sigue inflamado, pero como un poco mas y tengo menos molestias.

Día 12. Hoy vinieron unas amigas mexicanas a visitarme y traerme un caldito de pollo que me supo a gloria. Por la tarde vino Tom y el resto del día me la pasé leyendo, hablando por teléfono o durmiendo. Me canso rápido y tengo que caminar despacito con esta panza de embarazada que me quedó.

Día 13. El doctor esta mañana me dijo que si los análisis de sangre salen bien me puedo ir a casa hoy mismo. Me sacan sangre y hasta pasada mediodía me avisan que puedo irme a casa. Finalmente un doctor me explicó exactamente donde y cuánto intestino grueso me cortaron, por otro lado él mismo solicita una rehabilitación para mi caso. Después de llenar formularios para la solicitud, Tom me recoge a eso de las 2 de la tarde para llevarme a casa.

Día 14. Ya en casita estoy más tranquila sin los gritos de dolor de mi vecina de cuarto. Dios la bendiga y le dé pronta recuperación porque su caso si me puso muy triste en los últimos días que pasé en el hospital. Al mediodía me llamaron por teléfono para avisarme que aceptaron mi solicitud y estaré 3 semanas en una clínica de rehabilitación a partir del 28 de septiembre. Por la tarde fui con mi doctor general para seguimiento y me dio la baja hasta el 16 de septiembre.

En total estaré 3 semanas de baja y 3 semanas en rehabilitación, por una operación que tenía planeada para faltar solo 3 días al trabajo. Además he bajado ya 5 kilos y me perderé la fiesta del 25to aniversario de mi empresa para la que ya tenía vuelo el 9 de septiembre a Saarbrücken. Eso sin contar el susto, el miedo y el estrés emocional por toda la situación antes descrita.

Al leer la crónica de las dos semanas pasadas en retrospectiva, pareciera que pasó una eternidad. Todavía no puedo creer que me haya pasado otra vez y si contamos la vez que me operaron de emergencia porque Victoria ya estaba en estrés después de 10 días de esperar a que naciera, ya van tres veces que se me da otra oportunidad! Creo que al paso que voy completaré las 7 vidas de un gato!

Me he puesto mucho a pensar en ese momento en que decidí llamar a la ambulancia, no puedo explicar que fue lo que me motivó a llamar porque no tenía fiebre y después de checarme los paramédicos mi cuadro no parecía taaan grave, pero doy gracias a Dios de que todo pasó como tenía que pasar para que pudiera seguir en este mundo. A veces pienso que fue mi papá que me dijo al oído, ‚hey, llama porque algo no anda bien.‘

Así que a disfrutar cada momento como si fuera el último, porque en un minuto todo puede cambiar. Gracias a todos por sus oraciones, llamadas, mensajes de ánimo y apoyo. Incluso en casa me siguen llegando flores, regalos y visitas que alegran mi corazón. GRACIAS! Y gracias a Dios por una nueva oportunidad, parece que todavía hay mariposa migrante para rato!

Mis valientes!

Siendo una familia bicultural y considerando que tanto mi marido como yo hemos viajado mucho por el mundo, incluso antes de conocernos, siempre habíamos pensado que nuestras hijas seguirían nuestros pasos.

Desde que estaban pequeñas hemos tratado de mostrarles mas allá de Alemania, organizando nuestras vacaciones en México o en Europa, pero siempre buscando nuevos destinos y combinando el placer con la cultura.

Crecieron con el español y el alemán como idiomas maternos y en la escuela aprendieron inglés y francés, así que ya con eso pueden considerarse ciudadanas del mundo y defenderse en muchos países. Además de los idiomas siempre han sido abiertas a los sabores y colores de platillos e ingredientes internacionales, no temiendo probar cosas desconocidas.

Desde hace algunos años, consideraba la idea que al terminar la preparatoria quisieran irse un año de Au-pairs o de servicio social, algo muy típico entre los chicos y chicas alemanas. Pero jamás me imaginé, que se fueran a ir antes de terminar el bachillerato.

Primero empezó la pequeña con la idea de irse de intercambio escolar a Estados Unidos. La idea me tomó un poco de sorpresa porque la mayor nunca había mostrado interés y nunca habíamos hablado del tema. Pero como muchas compañeras de Caty empezaron a hacer planes, ella no dudo en preguntarnos si sería posible.

Consideramos tres organizaciones y finalmente nos decidimos por „Experiment e.V.“, una asociación alemana con más de 30 años de experiencia y de la cual obtuve buenas referencias de amigas y conocidas. Y así empezamos el proceso en diciembre pasado. Muchos formularios que llenar, trámites de visado y permiso en la escuela, pagos anticipados y mil cosas más.

Caty no aceptó otro país como alternativa pero no escogió una región o ciudad en particular, así que su destino final era una lotería. Apenas hace dos semanas nos avisaron que una familia de Abilene, Texas la había elegido y en cámara rápida se tramitó vuelo, maletas y últimos detalles. Hoy ha tomado el vuelo a Nueva York, donde pasará unos días con 30 chicos y chicas antes de volar a Texas y empezar sus clases. Cursará el 11vo grado en una preparatoria pública.

Apenas cumplió 16 años y sin dudarlo ni un minuto, siguió el plan original escribiendo cartas, investigando y participando activamente de todo el proceso. Estoy segura de que aprovechará al máximo esta oportunidad y se integrará fácilmente a la familia, escuela y cultura norteamericana.

Por otro lado, la mayor no se interesaba por un intercambio escolar pero sí por la cultura asiática desde hace años, especialmente la coreana. Así que al preguntarle si se animaría a irse unas semanas a perfeccionar su coreano que ha aprendido solita, dijo que sí a la primera. Como saben, Victoria es un poco tímida e introvertida y no estaba segura de que aceptara, pero ya lleva dos semanas allá y de timidez, nada!

Su sueño se volvió realidad al conocer Seúl, convivir en una familia coreana, pasear por las calles de sus programas favoritos, cantar en un kareoke y vestir el traje tradicional en un palacio antiguo. A pesar de que el clima en estos días es muuuy caliente y con una humedad de casi 100% porque llueve a mares, ha disfrutado cada minuto al máximo.

En su examen de nivelación se asombraron de su buen nivel a pesar de haber aprendido sola y la colocaron en un curso de A2. Cada semana le ponen un examen y en todos ha sacado notas sobresalientes. Nunca hubiera imaginado que su pasión por el k-pop la llevara a aprender el idioma y vencer sus miedos para viajar solita hasta Seúl.

Así que mis valientes están actualmente a 10,000 kilómetros de casa en direcciones contrarias, una en Estados Unidas a 7 horas menos de aquí y la otra en Corea del Sur a 7 horas más! Qué casualidad, pero gracias a Dios Victoria regresa el sábado y la casa ya no se sentirá tan solitaria.

Como me dijo una amiga, les hemos dado alas para volar y raíces para saber de donde son y a donde pueden volver. Seguro que a partir de ahora tendrán aún más interés en conocer el mundo y descubrir nuevos rincones. Estoy tan orgullosa de mis hijas valientes que a tan corta edad pueden sobrevivir en otro país como pez en el agua 🙂 Dios me las bendiga siempre y les siga concediendo oportunidades como éstas!

Llegó el verano y con él las vacaciones escolares como cada año. Como siempre, las chicas reciben sus calificaciones el último de clases y comienzan 6 semanas de descanso.

Este es el primer año que no dispongo de tantas vacaciones como cuando trabajaba como profesora de español. Ahora trabajo de tiempo completo y tengo que administrar mis 28 días de vacaciones en todo el año.

Tomé algunos días a principios de año cuando estuve en México, en Mayo me fui a Grecia con mi marido y aprovechando la visita de mi mamá a Alemania, decidí organizar un viaje en coche durante una semana.

El destino tenía que quedar cerca de casa para no perder tanto tiempo en el traslado ni gastar tanto en gasolina, cuyo precio sigue por las nubes. Las opciones eran pocas y considerando que quería algo fuera de Alemania. El país elegido fue Bélgica, uno de los pocos países europeos que aún no conocía.

Nos quedamos en Gent, una ciudad hermosa y no tan conocida. Y de ahí visitamos Brujas y Bruselas. Sin saber que era día de asueto visitamos Liege, una ciudad medieval pero que con todo cerrado tenía poco que ofrecer. El último día lo dedicamos a Maastricht, otra ciudad medieval pero en Holanda.

Fue una semana muy cultural entre iglesias, fuertes, plazas y ríos. Los días mas calientes del año evitaron que disfrutaremos al máximo de estas hermosas ciudades y es que turistear con mas de 35 grados y sin aire acondicionado es terrible!

Después del calorón llegó la lluvia que tampoco nos permitió disfrutar de la arquitectura y paisajes 😦 Pero así es hoy en día con el cambio climático, todo puede pasar y hubiera sido una gran suerte haber tenido buen clima los 6 días de paseo.

Mi mamá se quedará cuatro semanas cono nosotros, pero el resto del tiempo solo se harán excursiones pequeñas durante el fin de semana o con las chicas entre semana mientras yo trabajo.

Este verano también pasará a la historia por los viajes de nuestras hijas… la mayor viaja la próxima semana a Seul para tomar un curso de coreano durante tres semanas. Desde hace años que está fascinada con la cultura de ese país y ahora podrá disfrutar y conocer de primera mano como viven por aquellos rumbos.

Por otro lado, la pequeña viajará en algunas semanas a Estados Unidos para participar en un intercambio escolar. Ella se quedará por allá hasta el próximo verano y todavía no sé como acepté la propuesta, porque seguro la extrañaré demasiado!

Todavía no sabemos a que ciudad llegará pero confío en que sea una linda para poderla visitar antes de que termine su estancia por allá. Ya les contaré!

Así que a disfrutar lo que queda del verano, el sol, las visitas y los próximos viajes que seguro estarán llenos de aventuras y sorpresas. Al menos la situación en los aeropuertos europeos ya no es tan caótica como hace unas semanas y espero todos lleguen a su destino sin contratiempos 🙂

No me salvé!

Después de dos años y medio de pandemia, mi familia se había salvado de contagiarse. Y no me refiero sólo a mis hijas, mi marido y a mí. También mis hermanos y sus familias, así como mi mamá no se han contagiado a excepción de mi sobrino que estuvo enfermo hace algunos meses.

Durante dos años hemos seguido las reglas de distancia, higiene y uso de mascarilla, sin exagerar y tratando de seguir con la vida normal.
Como saben trabajo en home office desde septiembre, pero mi marido nunca lo ha estado y mis hijas tienen clases regulares en la escuela desde el año pasado. Así que la posibilidad de contagio ha estado siempre presente, pero más en los demás que en mí, porque todo el día me la paso en mi oficina sin contacto físico con otras personas.
Así que cual no sería mi sorpresa cuando al presentar los primeros síntomas de gripa, el resultado de mi test de covid salió positivo!

¿Dónde me contagié? Seguramente en el concierto de Marc Anthony en Colonia, al que asistí con 9 amigas mexicanas. Lo curioso? Sólo yo me enfermé. Alguna otra fuente de contagio? Ninguna otra.
Y pues bueno, ya con el test positivo de antígenos, fui a hacerme un PCR y otro más de antígenos para salir de dudas.

¿El problema? Un viaje programado a la oficina de Saarbrücken donde se llevaría a cabo la reunión anual de consultoría y para la cual ya tenía vuelo reservado para el día siguiente.
Quién lo iba a decir?! La única semana en el año en el que podría conocer y convivir con todos mis colegas hasta ahora „virtuales“ y yo en cama. Ironías de la vida 🙂

No voy a negar que sí me pegó duro el coronavirus. Será la edad, o el que tenía mucho tiempo de no estar enferma de nada, pero si me sentí muy mal los primeros días.
Sobretodo el cansancio y dolor de cabeza permanente que me quitaban el apetito, las ganas de salir de la cama y que aunado a la soledad me hicieron sentir como oso invernando 🙂

La luz y el ruido me molestaban, mi marido se fue a dormir a la sala y comía poco y solita en la habitación. Triste y deprimente.
Pero ya pasó una semana y aunque tengo un poco de catarro, el dolor de cabeza desapareció y poco a poco vuelve la energía perdida.
Mi mayor miedo era que mi hija menor se contagiara porque tenía un seminario relacionado a su año de intercambio y hubiera sido una pena que no pudiera convivir con los otros chicos del programa durante este fin de semana.

Y cuando parecía que ni mi marido ni mis hijas no se habían contagiado, ayer salió positiva nuestra hija mayor. Veremos quién sigue 😦 Eso de estar enfermo en pleno verano no se lo recomiendo a nadie.

Y pues esta historia continuará porque no se ve luz al final del túnel, sino mas bien bruma y niebla. El índice de contagios es cada vez más alto, aunque sin gente grave y ya están previendo olas fuertes para el otoño e invierno. Seguramente vuelva el uso obligatorio de mascarilla en espacios cerrados, llegue la cuarta vacuna y porqué no? Uno que otro „lock down“. A estas alturas ya nada me sorprende y más vale irse haciendo a la idea, porque el virus vino para quedarse y a los políticos la imaginación no se les acaba 🙂

Así que a aprovechar el verano que en un abrir y cerrar de ojos se acaba. Aquí hay muchos planes con la visita de mi mamá en 3 semanas, el viaje de nuestra hija mayor a Seúl para aprender coreano durante 3 semanas y el viaje de la menor a Estados Unidos, donde pasará un año de intercambio escolar. Y a confiar en que nadie, ni aquí ni allá se contagie en las próximas semanas para que no haya cambios imprevistos de planes como el mío a Saarbrücken 😦
Cuídense mucho y feliz verano!

Bodas de porcelana

Parece que fue ayer cuando mi papá me entregó en el altar, di el Si a mi futuro marido y tuvimos esa boda de ensueño con la que había soñado desde pequeña.

Y desde entonces ya pasaron 20 años! increíble! El pasado 18 de mayo cumplimos nuestras bodas de porcelana y como es nuestra costumbre, decidimos celebrarlas con un viaje para 2.

Nuestra luna de miel la pasamos en Hawaii, específicamente en tres de sus islas y desde entonces los viajes a islas se han repetido en varias ocasiones.

La primera fue cuando cumplimos 5 años de casados… nos fuimos de crucero por el Caribe y dejamos a las niñas en Monterrey con mis papás. En aquel entonces decidimos que sería bueno hacer un viaje parecido cada 5 años y creen que lo cumplimos? Pues no!

En los siguientes 15 años nos dimos nuestras escapadas de vez en cuando, ya fuera cuando las niñas se iban de campamento o cuando las dejábamos con mis suegros. El año pasado nos fuimos a Holanda y fue la primera vez que dejamos a las chicas, ya adolescentes, solas en casa. Pero todos esos viajes fueron de 4-5 días y a lugares donde viajábamos en coche.

Este año, aprovechando la tregua que nos está dando la pandemia, quisimos viajar un poco mas lejos. Después de mucho buscar, nos decidimos por Kos, una pequeña isla griega a donde podíamos volar directo de Hamburgo. Una semana en un hotel all-inclusive solo para adultos.

Y se llegó el día! Yo sólo conocía Corfu y mi marido nada de Grecia. Kos resultó una isla pequeña de 33,000 habitantes, de 45 kms de largo por 10 km de ancho, pero tan antigua como la „Iliada“ misma. Si, esa que escribió Homero en el siglo 8 a.C. Dicen que en esta islita nació Hipocrates, el padre de la medicina.

Y bueno, además de disfrutar la playa, el sol de 30 grados y la comida griega, visitamos algunos lugares turísticos. Los primeros 4 días la pasamos en el hotel comiendo y descansando, teníamos piscina casi privada en la habitación y la playa quedaba solo a 5 minutos caminando. Algunas noches ofrecían animación con artistas o bailables y tomamos un par de masajes para completar el „no hacer nada“.

El viernes fuimos a conocer el centro histórico de Kos y rentamos un coche, con el cual fuimos a Zia, un pueblito en lo alto de una montaña donde disfrutamos de una puesta de sol espectacular. Al día siguiente recorrimos toda la isla, parando en dos playas diferentes para seguir disfrutando de la comida griega, los cocktailes y el buen clima.

El domingo dejamos el coche en el aeropuerto y volamos de regreso a casa, donde nos esperaba un clima bastante fresco y lluvia 😦 Fue una semana maravillosa, cuyos „highlights“ fueron:

  • ver un jinete cabalgando en medio del mar
  • escuchar a 3 tenores cantando „amigos para siempre“ y „quizas, quizás, quizás „
  • conocer un molino de viento por dentro
  • escuchar la canción que bailamos en nuestra boda mientras tomábamos un helado en el centro

Qué donde dejamos a las chicas? Pues en casa! La mayor parte del tiempo participaron en un seminario de formación como guías juveniles en Alemania y Dinamarca. No voy a negar que si estaba un tanto preocupada por estar tan lejos, pero todo salió bien y sobrevivieron sin papi y mami.

Y ahora a empezar a reunir ideas para nuestro viaje del aniversario de plata, que en lo que menos piensas se llega! Ya tenemos algunos destinos, pero igual y ustedes pueden recomendarnos algún lugar especial para nuestros 25 años de casados 🙂

Adiós Facebook!

Las redes sociales llegaron para quedarse, pero no todos tienen que usar todas. Mi relación con Facebook empezó hace 15 años y en su momento llegué a postear muchísimo e invertir diariamente varias horas leyendo historias de contactos y artículos diversos.

Por muchos años llegó a ser la aplicación más utilizada en mi teléfono y tableta. Llegué a tener 500 contactos que con el paso del tiempo bajó a 200.

Hace tres o cuatro años decidí desinstalar Facebook de mi teléfono en unas vacaciones para no pasar tiempo de más en él y el efecto fue tan bueno que no volví a instalarlo. Desde entonces seguí los posts de amigos y medios de información desde mi computadora personal, lo que significaba revisarlo dos o tres veces al día.

Al no tenerlo instalado en mis dispositivos móviles dejé de postear fotos y mi uso se limitó a reenviar algo interesante y dar likes aquí o allá. El whatsapp reemplazó poco a poco al Facebook en cuanto a la familia, porque mis hermanos y mamá empezaron a compartir fotos más en nuestro grupo familiar. Por otro lado, instalé Instagram que sustituyó la parte de ocio y noticias, donde sigo un par de medios de información y algunas páginas de paisajes, recetas o manualidades.

Y así fue que poco a poco el interés se fue perdiendo y lo que terminó al 100% mi relación con Facebook fue mi nuevo trabajo. Y no me refiero a la falta de tiempo, pero mi computadora personal pasó a manos de nuestra hija mayor y en mi computadora del trabajo no he querido ni abrir la página de Facebook. Así que al no tenerlo activo en ninguna parte, dejé de usarlo… así nada mas.

Mi único contacto con Facebook por el momento es mi blog que postea automáticamente en la página de Mariposa Migrante de FB y en Twitter, que por cierto también corrió la misma suerte 😦 D.e.p.

Como se han dado cuenta, ya no escribo cada semana como acostumbraba, pero el tiempo simplemente ya no me da. Lo siento mucho, pero seguramente la situación no cambiará en el futuro. Trabajar tiempo completo es otro rollo, además de que ya no tengo muchos temas de qué escribir como cuando recién llegué a este país.

El próximo mes cumpliré 20 años de vivir en Alemania y ya soy toda una veterana. Recuerdo cuando llegué y conocí a algunas personas que tenían 15 o 20 años aquí y me parecía una eternidad. Ahora soy una de ellas y sobra decir, que ya estoy adaptada al 100% y lo qué me faltaba, lo tengo desde hace 9 meses: un trabajo en una empresa alemana dedicada a lo que estudié y donde estoy muy contenta como consultora de sistemas e-learning.

Mi fase de mamá/ama de casa terminó hace tiempo y la de bloguera no la dejaré morir pero definitivamente entrará en una etapa mas personal, donde escribiré mas de mi vida diaria para que siga sumando a las cientos de entradas que ya tengo impresas para leer en mi vejez o heredar a mis nietos (si es que los tengo).

Así que no les extrañe mi ausencia en el Facebook, que aunque no cerraré la cuenta ya nunca la usaré como antes. Y por aquí seguirán leyendo mis aventuritas como mexicana en Alemania, pero ya no tan seguido como antes. Espero su comprensión! Sus comentarios serán respondidos como siempre y si hay algo en que pueda apoyar a alguien recién llegado, no duden en escribirme!

Y se llegó el día! El día en que pude entrar a un supermercado sin mascarilla. Parece absurdo que algo tan banal se haya convertido en algo tan importante en mi vida diaria, pero es que después de dos años de pandemia, era algo que esperaba desde hace mucho.

Como ya les había contado en Alemania la mascarilla se volvió obligatoria en todo lugar cerrado, medio de transporte e incluso en la calle desde marzo del 2020. Primero todo mundo empezó a usar mascarilla de tela para poderla lavar y reutilizar, evitando generar demasiada basura pero el gusto nos duró poco. Ya para el verano del 2020 era necesario portar una mascarilla desechable en todo lugar.

A lo largo del 2020 y 2021 hubo altas y bajas, pero la mascarilla en lugares cerrados siempre fue obligatoria y a partir de diciembre del 2021 incluso nos obligaron al uso de la FTP2 con la que sentía que me ahogaba después de llevarla puesta 15 minutos. Sólo en las escuelas siguieron permitidas las mascarillas desechables.

Y así para ir a un restaurante, viajar en tren o autobús, entrar a una peluquería, tienda o teatro, había que traerla puesta y BIEN puesta si no querías una multa 🙂

De las vacunas ya también he escrito mucho y la locura fue cuando aún con 3 vacunas, nos pedían test para entrar a ciertos eventos o lugares. Para entrar al país de igual forma o para ir de vacaciones… en fin, la combinación de carnet de vacunación, test rápido o PCR y mascarilla era la clave para llevar una vida “casi normal” fuera de casa.

Y para este año imaginaba un proceso de varias fases para ir quitando tantos requisitos poco a poco, pero nada! De un día para otro podemos entrar a supermercados, tiendas y restaurantes sin mascarilla y sin presentar ni carnet de vacunación ni test rápido. Todavía no me la creo!

Sólo para viajar en transporte público, entrar a hospitales, asilos y consultorios es obligatoria todavía la mascarilla FTP2. Bares y discotecas ya están abiertas, en teatros y cines tampoco se necesita mascarilla y en las escuelas después de las vacaciones de pascua tampoco.

Se fue el coronavirus? Todavía no del todo y la importancia de las cifras ha pasado a segundo término. No sé si es para activar la economía, porque la guerra de Ucrania ocupa los titulares o por la primavera, pero esto no termina de convencerme y no quiero cantar victoria prematuramente.

El viernes pasado fui a las compras y después de dos años pude dejar la mascarilla en la bolsa. Hay mucha gente que todavía la lleva puesta y bien por ellos, yo no lo haré si no es obligatorio. Mis hijas tampoco se la quisieron quitar en el supermercado, y pues se les respeta. Ya decidirán si en el salón de clases de la ponen o no, pero ya no será obligatorio.

Y a ver cuanto nos dura el gusto. Mientras tanto a disfrutar del clima que ya va mejorando después de un frente frío que hasta nieve nos dejó. Para Pascua pensamos visitar a los abuelos paternos y pasar unos días en familia, ya que el cumpleaños de mi marido es justo después del lunes de pascua que aquí es feriado. Las chicas todavía tienen vacaciones ese día y mi marido y yo lo pedimos libre para celebrar por ahí. Dependiendo del clima veremos donde pasamos el día, eso sí! Sin mascarilla 🙂

Después se viene mayo con nuestro aniversario de bodas #20, viajes, días feriados y puentes. Pero de eso escribiré en otra ocasión, algunas veces no quiero ni pensar en los momentos felices que estamos planeando sabiendo que nuestros vecinos en Ucrania viven una guerra atroz, injusta e ilegal 😦 Espero y deseo de todo corazón que esa pesadilla pronto termine!

P.D. Cabe aclarar que hay dos estados (Hamburgo y Mecklenburg-Vorpommern) que todavía exigen el cubrebocas en lugares públicos. Por otro lado, cada restaurante o tienda en todo Alemania tiene el derecho de poner sus propias reglas y exigir cubrebocas si así lo desean.

¿¿¿Por qué???

El viernes pasado escuché una canción llamada ¿porqué existen las guerras? que me hizo llorar y eso que no me gusta Udo Lindenberg. Él la escribió en 1981 en relación a la Guerra Fría de aquellos tiempos, pero la misma pregunta me ronda la cabeza desde la semana pasada cuando empezó la invasión de Rusia en Ucrania. Por qué, por qué, por qué?

Antes de vivir en Alemania, las guerras en el mundo me parecían un tema lejano y ajeno a mi entorno. Incluso aquellas que se desarrollaban en América como la de El Salvador, o los tiempos de Pablo Escobar en Colombia. Eran problemas muy locales que poco afectaban a México y la guerra de los Balcanes o el genocidio en Ruanda durante los 90s simplemente sucedía tan lejos que ni siquiera recuerdo haber seguido de cerca las noticas al respecto 😦

El mundo sigue sufriendo de guerras de diferentes tamaños desde que vivo en Alemania, pero tanto el Medio Oriente como Siria quedan tan lejos que nunca afectaron mi vida diaria. Lo que sucede en Ucrania es algo completamente nuevo para mí y me tiene realmente preocupada. Por un lado porque sucede en Europa, nuestro continente… por otro lado, porque nos afecta directamente en todos los ámbitos: social, económico y político.

Apenas lleva una semana y ya ha salido un millón de personas a buscar refugio en otros países. La economía se tambalea y nuestra dependencia energética nos tiene temblando. Ni las sanciones financieras, ni los discursos de paz en la ONU o del Papa, ni las pláticas entre ambos países han detenido los bombardeos ni el avance de los soldados rusos hacia la capital ucraniana.

¿Qué pasará? Ni siquiera quiero conocer los posibles escenarios porque ninguno es optimista. Para mí el único aceptable sería que Putin diera marcha atrás y dejara Ucrania en paz de una vez por todas, pero es obvio que eso no pasará 😦

No me cabe en la cabeza que una persona enferma de poder pueda poner al mundo de cabeza de esta manera. Atacando a civiles, forzando a comunidades completas a emprender la huída solo con lo puesto, destrozando ciudades a diestra y siniestra. ¿Porqué? Y qué puede hacer el resto del mundo para detenerlo?

La solidaridad en toda Europa es abrumadora, pero desgraciadamente nuestras protestas, los edificios iluminados con los colores de Ucrania ni nuestras oraciones podrán detener esta guerra injusta y absurda. Y tengo muchísimo miedo de las medidas que los gobernantes de otros países tomen y conviertan esto en un problema de mayores dimensiones.

Claro que todos queremos demostrar nuestra solidaridad y de hecho mañana participaremos en una marcha por la paz en nuestra ciudad. Claro que queremos ayudar y ya hemos hecho donaciones en especie y efectivo para apoyar a los refugiados. Y claro que Ucrania está incluida en nuestras oraciones a toda hora. Pero mi corazón sigue apachurrado y mi alma en desosiego por lo que podría pasar en las siguientes semanas.

Mi pancarta para la marcha del martes

Será posible que un loco se salga con la suya? Y así como ahora sucede en Ucrania, podría pasar en cualquier lado. La humanidad no ha aprendido nada de la historia y las guerras siguen destrozando hogares y familias eternamente. Qué tristeza! Y qué impotencia!

Sólo quería desahogarme y dejar por escrito mis sentimientos en estos días. Durante la semana ha sido incluso difícil hacer y contestar la pregunta ¿cómo estás? Porque todo mundo está tan asustado, preocupado y triste que no sabe uno que responder a tan simple pregunta.

Confío y ruego a Dios para que esta pesadilla termine lo antes posible. Y creíamos que la pandemia era lo peor que nos podía pasar, que ironía de la vida! Nadie podía imaginar lo que vendría después de dos años de encierro, restricciones y vacunas. Ahora sí que la situación es delicada y no queda más que tener fe y esperanza en que pronto vuelva la paz a todo el mundo!

Les dejo está pagina para apoyar a Ucrania desde nuestra trinchera: https://supportukrainenow.org y cuídense mucho!

Prueba superada!

Cuando una persona empieza a trabajar en una empresa alemana, normalmente se tiene un período de prueba que consiste en los primeros seis meses de trabajo. Este tiempo es importante para que ambas parte, el empleador y el empleado se den una mejor idea de las actividades laborales, conocer el equipo de trabajo, evaluar las habilidades del recién contratado, y ver si el perfil y el empleo son lo que se esperaba.

Considerando que uno es contratado después de una o dos entrevistas de un par de horas, siempre me ha parecido riesgoso para ambas partes aceptar un empleo con tan poca información. Y en Alemania, en este período de prueba, tanto el empleado como el empleador puede decidir concluir el contrato sin mucha burocracia.

Si mal no recuerdan, en enero del año pasado que me reincorporé a mi carrera profesional como consultora de informática, no pasé el período de prueba y a los cuatro meses me dijeron que mi alemán y mis habilidades técnicas no cumplían las expectativas para el puesto 😦

En aquel entonces mi autoestima se fue al suelo y creí que no encontraría un trabajo en esa área nuevamente. Pero tomé un par de cursos de alemán avanzado, hice una formación en el tema de digitalización y seguí buscando oportunidades. Siendo sincera, con el viaje programado a México para el verano no apliqué en cientos de puestos, y envíe un par de CVs por aquí y por allá.

Una de las aplicaciones fue en respuesta a un anuncio que parecía el puesto ideal para mí, y sin muchas expectativas envíe mis papeles y con mucha sorpresa pasé las dos rondas de entrevistas. El contrato me llegó por correo electrónico el día que volaba a México y no lo podía creer!

Y así fue que empecé a trabajar como consultora de e-learning en una empresa internacional que se ubica en el sur de Alemania. Con contrato de tiempo completo y 100% en home-office, conocí las oficinas y parte de mi equipo de trabajo en Saarbrücken a principios de septiembre 2021.

Y comenzó el tiempo de prueba… a finales de noviembre tuve una reunión con mi jefa y recursos humanos para evaluar los primeros tres meses y todo marchaba de maravilla. Trabajo, aprendizaje, equipo, idioma, proyectos, etc. Pero considerando mi mala experiencia de abril, no podía cantar victoria.

Pero el día llegó y hoy cumplo mis primeros seis meses. El viernes pasado tuve nuevamente una reunión con mi jefa y recursos humanos y la retroalimentación fue muy positiva… en ambas direcciones. Estoy feliz con el trabajo, los proyectos, mi equipo de trabajo y los planes a futuro. Mi jefa está feliz con mis habilidades y experiencia, mi rápida integración en el equipo y mi continua iniciativa. Un ganar-ganar que pinta muy bien y que ha terminado de quitarme todos los miedos que podrían haber quedado de la experiencia anterior.

Así que mi oficina en casa seguirá siendo mi lugar de trabajo y para no sentirme tan solita, la semana pasada llegaron mis compañeras de trabajo Frida y Xochitl, dos plantas con las que puedo platicar y ver crecer 🙂 No me puedo quejar porque el equipo de cómputo es de primera y el internet no me ha fallado. Como ya lo he mencionado antes, trabajar en casa tiene sus ventajas y desventajas. Yo preferiría ir a la oficina y ver a mis colegas, pero con la distancia eso nunca pasará. Mi ilusión es que pasando el corona, pueda visitar clientes y tener más contacto real con personas y no sólo de forma virtual.

Mientras tanto, a seguirle echando ganas para continuar mi carrera profesional como informática y a seguir aprendiendo en este mundo digital tan interesante.

Por otro lado, mi hija mayor también puede decir „prueba superada“ porque el viernes pasado terminó sus prácticas de tres semanas en un hotel de la ciudad. Cada semana estuvo en un área diferente: recepción, cocina y house-keeping. Aprendió mucho y ahora sabe lo que es trabajar de verdad, porque vaya que si la pusieron a trabjar… sobretodo en la última semana limpiando habitaciones y baños 🙂

Desgraciadamente estas buenas noticias se han visto ensombrecidas por la situación actual de Ucrania y Rusia. Sólo Dios sabe que nos depare el destino y ruego a Dios para que no pase a mayores, y podamos seguir viviendo en paz, libertad y armonía. Pido por la paz en Ucrania y que el conflicto pare cuanto antes. Esto de vivir tan cerca del ojo de huracán es terrible y no me puedo imaginar lo que están viviendo nuestros vecinos 😦 Roguemos por la paz mundial!

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