Entre Italia y Noruega
Este mes tuve la fortuna de viajar nuevamente en el Costa Mediterránea. Cosa curiosa que vuelva a viajar en el mismo barco en el que celebramos mi marido y yo nuestro 5to aniversario de boda en el 2007, no? Pero esta vez no se trataba de elegir un barco en particular, sino una ruta que mis padres no conocieran en una fecha particular: Julio 2019. Y el destino me mandó a conocer los Fiordos Noruegos en un barco que ya conocía.
¿Qué mas da el barco si el viaje es único e inolvidable? Acompañé a mis papás durante 10 días partiendo del puerto de Bremerhaven el domingo 14 de julio. La ventaja de ese puerto es que se encuentra a sólo hora y media de Stade y pudimos viajar en auto y dejarlo en el estacionamiento del puerto durante 10 días.
Al día siguiente llegamos a Holanda. Normalmente los cruceros llegan a Amsterdam, pero Costa ha decidido cambiar el puerto de llegada por cuestiones de dinero y por lo tanto, ahora desembarca en Ijmuiden que queda a una hora y media de la capital holandesa. Porque ya conocíamos Amsterdam, decidimos viajar en autobús a Haarlem, una ciudad más pequeña pero también muy típica que sólo estaba a media hora del puerto.
Después de un día de navegación llegamos a nuestra primera parada en suelo noruego: Haugesund. Una ciudad de 37,000 habitantes, cuya calle principal «Haraldsgata» es la zona peatonal mas larga de Noruega. Ahí nos encontramos a los primeros «Trolls» de nuestro viaje: esculturas que adornan tiendas y calles.
Al día siguiente llegamos al primer fiordo de nuestro viaje: Geirangerfjord. Este lugar es patrimonio de la humanidad y decidimos conocerlo mejor a bordo de un autobús pequeño que nos llevó a 1800 metros de altura para admirar la naturaleza entre mar y tierra con toques de nieve, cascadas y lagos. Simplemente espectacular!
En la siguiente parada: Andalsnes, decidimos conocer el lugar en otro medio de transporte: el tren panorámico «Rauma Railway» para viajar hora y media a la orilla del río Romsdal entre cascadas, bosques y montañas.
Nuestro tercer fiordo llamado Naeroyfjord lo recorrimos en un barco eléctrico que nos llevo de Flam a Gudvangen, donde hay un pueblo vikingo. Nuevamente nuestros ojos se llenaron de escenarios únicos. Ese día llovió por la tarde y tuvimos que regresar antes de lo planeado a nuestro crucero. Eso sí, pasando por un túnel de 11 kilómetros que nos quitó el aliento. Vaya experiencia eso de viajar por el centro de una montaña durante 10 minutos!
Por último y para cerrar con broche de oro llegamos a la ciudad de Stravanger que tiene 130,000 habitantes y rincones maravillosos. Allí realizamos nuestras últimas compras y disfrutamos de un día tranquilo y muy nublado.
Se lee rápido pero fueron 10 días muy intensos. Dos días de navegación, el resto con excursiones y paseos. La naviera Costa es italiana y la vida dentro de sus barcos es como estar en la mismísima Italia. Comida, música, idioma, ambiente y fiestas sin parar! A pesar de no contar con mucho sol y calor en cubierta, en el interior se vive una atmósfera cálida con pasajeros de toda Europa y algunos más internacionales como chinos o latinos.
Y a mí que me encanta Italia! Pasta, pasta, pasta! Bueno, no sólo pasta 🙂 Seguro que mi próximo crucero volverá a ser a bordo de Costa, porque en ninguna otra compañía me la paso tan bien. Mil gracias a mis papás por la invitación y por la oportunidad de conocer ese rincón de planeta que todavía conserva la pureza y la belleza natural como en pocos lugares hoy en día. 100% recomendable!