Déjà-vu
Seguramente todos conocen esta palabra que describe ese sentimiento de que ya hemos vivido un momento determinado… uno siente como si estuviera en una película y se estuviera repitiendo una escena particular por segunda vez.
Justo así me siento a un año de haber comenzado la pandemia. El año pasado pasamos Pascua en casa y no visitamos a los abuelos paternos porque una de las restricciones más importantes en aquel entonces era -no visitar a los adultos mayores-. No fue tan dramático porque las chicas ya están grandes y esa tradición de buscar huevitos y regalos en el jardín de mis suegros ha pasado a segundo plano. Ya son dos adolescentes y sí buscaron huevitos en nuestro jardín, pero más para la foto que por gusto, jiji.
Vimos los servicios religiosos por televisión, preparamos tarjetas de pascua para los ancianos del asilo de la ciudad y celebramos el domingo de Resurrección en casa solitos. «Pero el próximo año todo será mejor», decíamos….
Mmmmm…. y ya llegó la Semana Santa del 2021! Mejor que la del año pasado? Nada que ver! El mes pasado decidimos de forma espontánea reservar un departamento en la costa del Mar Báltico, aún sabiendo que no hay restaurantes ni comercio abierto, podríamos caminar por la playa y salir de casa por algunos días. Mi marido y yo pedimos el jueves Santo y el martes de la semana de Pascua de vacaciones, para así completar casi una semana fuera de casa.
Ya contábamos los días para que llegaran las esperadas vacaciones y justo la semana pasada, nuestro plan se desvaneció como otros muchos del año pasado. Adicionalmente a los hoteles que ya están cerrados desde hace 6 meses, durante Pascua se prohíbe la estancia como turista en cualquier tipo de alojamiento en todo el país! Así que nos llamaron por teléfono para cancelar nuestra reservación y echar por la borda nuestras vacaciones. No pude evitar llorar de coraje, tristeza, impotencia…
Y así me siento… en un Déjà-vu que parece ser eterno. La decisión de reservar el departamento había llegado después de que se había cancelado el «Stage Week» que originalmente estaba planeado para abril del 2020. Lo habían pospuesto a Octubre del 2020, luego a las vacaciones de Pascua del 2021 y ahora se ha cambiado para Octubre del 2021. Parece chiste, pero es verdad! Una semana de clases de baile, canto y actuación para presentar la obra al final en el teatro de la ciudad con 100 chicos en escena parece que no volverá a ser posible por un buen rato. Como opción dos para que las chicas no se aburrieran durante las vacaciones, las inscribí en un par de campamentos para líderes juveniles que organiza una asociación local. La cancelación llegó hace algunas semanas y por eso habíamos pensado en la opción 3: pasar unos días en la playa.
Pero no, nos quedaremos en casa de jueves a martes porque incluso las excursiones de un día a lugares turísticos cerca de casa están prohibidas. No podemos ir a Cuxhaven al «Watt» (llanura de marea), ni a las playas del Río Elba en Stade, ni de compras a Hamburgo, ni a visitar a los abuelos… deprimente! He pedido un par de rompecabezas de 1000 piezas para matar el tiempo y seguramente pasearemos por el barrio en bicicleta o veremos series en Netflix todo el día en pijamas.
Las chicas fueron a clases presenciales el jueves y viernes de la semana pasada y ahora siguen dos semanas de vacaciones de Pascua. Qué pasará después no lo sabe nadie… quieren seguir con clases presenciales en escenario B (con la mitad del salón), pero todo dependerá del famoso índice de contagio y planean hacer «Tests rápidos» dos veces por semana al personal y alumnado. No me quiero ni imaginar el caos que será hacer tests a 500 alumnos cada tres días. Lo mismo piensan hacer en las primarias, y para los chiquitines de kinder, los padres harán el test en casa. Ese es el plan, pero ya les contaré si al final de cuentas se pone en práctica o sólo queda en una idea loca más de esta pandemia.
El haber ido a la escuela dos días no fue suficiente para levantar el ánimo de nuestras hijas… siguen sin ganas de hacer nada, ni de cambiarse de ropa, ni de salir a tomar aire fresco… ya están hartas de todo! Y cada rato me dicen que no tienen motivación… para qué vestirse? para qué salir? para qué hacer las tareas si los maestros ni las revisan? Quiero llorar al verlas así… nada de lo que les digo les parece bien y no me quiero imaginar como estarán los niños y jóvenes que ya tienen más de un año en «home-schooling» en otros países como México.
Y el panorama no pinta nada bien… aquí los encabezados son alarmistas y pintan la «tercera ola» como la más mortal, la peor, la que saturará todos los hospitales, etc. No hay vacunas para abril y todavía siguen con los mayores de 80 años. Viajar en verano? Nadie quiere planear nada para no perder su dinero otra vez o para que les cancelen en el último minuto. Todo mundo en incertidumbre, sin perspectivas y con miedo, mucho miedo!
Ya veremos que nos depara esta primavera que de entrada empieza mal 😦