Empieza la tortura… en serio!
Hace justamente 3 años titulé una entrada «Empieza la tortura» , donde escribía sobre el inicio de la terapia de ortodoncia de nuestra hija mayor. Como es costumbre, un año después ya no escribí sobre el inicio de una terapia muy similar de la pequeña. Para qué repetir lo mismo…
El año pasado la doctora nos sorprendió con la noticia de que ya se iba a jubilar y que no habían encontrado otra persona para tomar el consultorio y los más de 500 pacientes que atendía. Oh oh! Hasta ese momento todo había ido bien y su diagnóstico era que la mayor no necesitaría «frenos» (Brackets) y la pequeña sí, pero hasta ese momento no se los habían alcanzado a poner porque hubo que quitarle algunas piezas de leche que no se habían caído por sí solas.
Así que de un día para otro tuvimos que buscar otro ortodoncista en la ciudad, sacar cita, volver a empezar con revisión, control de diagnóstico anterior, etc. En resumen:
- tuvimos que explicar la situación al seguro médico que por lo que se ve no acepta fácilmente el cambio de médico a mitad de una terapia.
- el nuevo médico dijo que la mayor también necesita «frenos» sí o sí y que ya era un poco tarde para empezar
- por cuestiones del viaje a California aplazamos la aplicación de los frenos hasta Agosto
- resulta que el seguro médico no cubre toda la terapia como yo creía, y que por niña tendremos que pagar 1500 euros extra! Al menos este médico no presentó otra alternativa.
Uffff! Después de averiguar con amigas y descubrir que hubiera sido una buena idea tener un seguro adicional para este tipo de casos y que casi todos los ortodoncistas cobran extra, no quedó otra opción que seguir con el plan y finalmente llegó el día esperado!
El 13 de agosto comenzó la tortura en serio con la aplicación de los «frenos» que serán parte de la dentadura de nuestras dos hijas por los siguientes dos años. Yo pasé por eso y sé lo que significa. Las pobres han estado a sopita, helado y puré estos primeros días y aunque sé que la situación mejorará cada apretón volverá a traer dolor.
Ni hablar, solo confío en que la terapia solucione sus problemas de mandíbula y mordida. Así que les cuento mi experiencia para que vayan viendo si es necesario tener un «Zahnzusatzversicherung für Kieferorthopädie» para evitar sorpresas como la nuestra. Con los antecedentes dentales de mi marido y míos era obvio que al menos una necesitaría frenos, pero no sabíamos que saldría tan caro.
Ya les iré contando como avanza esta historia y como quedan los dientes al final 🙂 Aquí las fotos del ANTES!
Lo bueno del cambio de médico fue que ambas están pasando por lo mismo simultáneamente y se acompañan en su dolor. Y a mí me evita pasar por lo mismo unos meses después. Lástima que el médico no tenga la promoción del «2×1» en el precio 🙂