Desde que nació Victoria, nuestra primogénita, la vacuné contra todo lo que el pediatra indicaba. En ningún momento dudé en aplicar las vacunas contra el sarampión, el tétanos y otras tantas enfermedades que ni siquiera conozco. Junto con un librito que se le da a cada recién nacido para las revisiones obligatorias durante los primeros 5 años de vida, recibí el «Impfpass» que es un «Pasaporte de vacunas» o el equivalente a la cartilla de vacunación en México. Ahí se anota la vacuna y fecha de aplicación, y también la próxima fecha para no olvidar cuando toca la siguiente.
Tanto Victoria como Catalina nunca sufrieron con las inyecciones, incluso rara vez lloraron. Jamás les dio fiebre o presentaron efectos secundarios, y gracias a Dios las vacunas han funcionado porque no se han enfermado de nada. Desconozco las vacunas que se aplican en México y confieso que nunca leí mucho al respecto porque confío plenamente en el sistema de vacunación de este país, y solo seguí las recomendaciones del pediatra para aplicar las que correspondían a la edad de las niñas. Considero importante proteger no sólo a mis hijas sino también a todos los que conviven con ellas, así que al vacunarlas, evito el contagio de ciertas enfermedades a los demás. Tal vez mi postura sea ingenua y simple, pero repito, nunca le dí mas importancia de la que tiene y así como yo fui vacunada, seguí la costumbre al vacunar a mis hijas.
Ahora bien… los años han pasado y me he topado con una decisión que mi madre no tuvo cuando yo llegué a la adolescencia. Me refiero a la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) y de la cual se lee mucho en todos los medios, foros y redes sociales.
Esta vez si me informé un poco más aunque no demasiado. Tanto la pediatra que trata a mis hijas como mi ginecóloga tienen folletos informativos en sus consultorios y después de leerlos decidí vacunar a Victoria. La recomendación es a partir de los 9 años, pero nuestro pediatra la aplica a partir de los 11. Cuando llamé para hacer la cita hace dos años, me informaron que estaba por salir una nueva versión y que era mejor esperar hasta los 13 años.
Cuando le pregunté a la ginécologa me contestó que no dudara en aplicarla, y que entre más joven es mejor. Algunas personas pensarán que es obvio que los doctores la recomienden porque son parte de la industria farmacéutica y es su obligación recomendarla. Quizá sea así, pero sus argumentos y lo que leí me convencieron fácilmente y Victoria recibió la primera dosis el mes pasado. Gardasil-9R es una vacuna contra los tipos 6, 11, 16, 18, 31, 33, 45, 52 y 58 del VPH (virus del papiloma humano) y fue aprobada por la FDA estadounidense en diciembre de 2014, y por la EMA europea en julio de 2015.
Además del piquete, Victoria no tuvo ninguna molestia y en 6 meses le aplicarán la segunda dosis. El seguro social paga ambas dosis siempre y cuando la paciente sea menor de 18 años.
A continuación cito algunos datos interesantes respecto al virus y su vacuna:
- el cáncer cervical es la segunda causa de muerte en mujeres entre 15 y 44 años de edad en Europa
- el cáncer cervical no es hereditario sino causado por el virus del papiloma humano que se contagia por transmisión sexual
- el 70% de las mujeres y hombres están en contacto con este virus a lo largo de su vida, pero el 90% de las personas infectadas no enferman de cáncer
- entre el 60 y 70% de casos de cáncer cervical son causados por los virus VPH tipo 16 y 18
- en Alemania cada año enferman aprox. 4,600 mujeres de cáncer cervical y mueren 1,600
- se recomienda vacunar a las mujeres antes de su primer contacto sexual, y aún vacunadas se recomienda seguir con el control del Papanicolau y el uso de condón
- la vacuna puede ser aplicada por pediatras, ginecólogos y médicos generales
Mi propósito no es convencer a nadie, ya que creo que es una decisión muy personal así como la de dar pecho, usar pañales de tela o enviar a los niños al jardín de niños. Como padres nos toca tomar las decisiones que creemos son las mejores para nuestros hijos. Y en mi caso creo que la vacuna contra el VPH protege a mis hijas e incluso Victoria después de leer todos los folletos estuvo de acuerdo. Ya tiene 13 años y entiende más que una niña de 9 años. El próximo año le toca a la hermana menor y seguramente no dudará en hacerlo.
Y así seguimos en este camino de ser padres, aprendiendo, decidiendo y buscando lo mejor para nuestros hijos. Dios quiera que estemos haciendo lo correcto y nuestras hijas sigan tan sanas como hasta ahora.
P.D. Ah, y los efectos secundarios? En este tema escuché a mi ginecóloga que simplemente me respondió: «No hay punto de comparación entre los efectos secundarios y el cáncer». Y por otro lado seguí el consejo de mi ginecólogo anterior cuando me embaracé de Victoria: «No lea demasiado.» 🙂
Comentarios en: "Vacuna contra el VPH" (1)
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