Empezando el año decidí tomarme unos días libres entre mis clases de español que coincidían con las vacaciones de invierno de nuestras hijas: 1 y 2 de febrero. Mi marido pidió los días libres, incluyendo el lunes 5 y en lugar de visitar a una sola amiga en alguna parte de Alemania se me ocurrió organizar un tour para visitar a varias.
Si bien recuerdan hace casi dos años asistí a un encuentro de mexicanas casadas con alemanas donde conocí a 28 hermosas mujeres y desde entonces nos hemos tratado de reunir dos veces por año. No fue difícil convencerlas de darme posada y el plan quedó listo! Saldría el 1 de febrero rumbo al sur para regresar el 6 a casa después de quedarme en 5 lugares diferentes y coincidir con 14 de las chicas.
Hubo algunos cambios de última hora pero en general todo salió como había planeado y viajé casi 1500 kilómetros en mi Renault azul, visitando las siguientes ciudades:
- Wolfenbüttel
- Bad Laasphe
- Mainz
- Bonn
- Colonia
- Bremen
De broma le llamé «Retiro Espiritual» lo cual no se cumplió al 100%, porque de espiritual fue solamente la parte de visitas a iglesias, así que el nombre más apropiado hubiera sido «Tour gastronómico» porque en estos 6 días comí más comida mexicana que lo que como en un año normalmente en este país. Además de conocer dos restaurantes mexicanos:
- La Casita Mexicana en Colonia y
- La Fonda de Santiago en Frankfurt
comí tamales, molletes, tacos de tortilla azul, chilaquiles, rajas, frijoles a la charra y mil cosas más en las casas de mis amigas. Todo delicioso y seguro subí un par de kilos pero no importa!!! Disfruté cada bocado como si estuviera en mi México lindo y querido.
También hubo parte cultural y conocí algunos puntos importantes de las ciudades de Mainz, Bonn y Colonia que ya se estaban preparando para el carnaval del próximo fin de semana. Vi muchísima gente disfrazada, calles decoradas y un ambiente de fiesta en el autobús, el mercado o los restaurantes. Además visité la casa de Beethoven y la tienda de Haribo en Bonn.
Pero lo más importante del viaje fue la parte de convivencia con amigas. Hablar, hablar y hablar! Reír, conversar, intercambiar ideas y compartir experiencias de mariposas migrantes fue lo más enriquecedor del viaje. Definitivamente es un viaje in-ol-vi-da-ble y lo recomiendo ampliamente! Todas y cada una de las mujeres me recibió en su hogar con el corazón y es difícil expresar con palabras todo el cariño recibido! Fue como si visitara a mis primas y la pasamos de maravilla, fuéramos dos, tres o 12! Sí, porque como si fuera poca mi buena suerte, el domingo coincidí con casi todas en una reunión que ya tenían organizada para la Tamalada del día de la Candelaria.
Una vez más comprobé que cada hogar bicultural es un pedacito de México en este país: se habla español, se tiene decoración mexicana en cada rincón, se cocina con sabor 100% mexicano, se encuentran fotos familiares y se educan los hijos a la «mexicana». Igualito que en mi casa!!!
A cada una le llevé una mermelada de manzana de la región y una postal de la ciudad donde vivo con la esperanza de que me visiten en el Norte y pueda corresponder la hospitalidad recibida. Stade es muy bonito y seguro sería una parada muy interesante para quién haga un tour similar al mío. Quién se apunta??? Aquí tienen su casa y con gusto les muestro la ciudad y mi rincón mexicano 🙂
Cada una firmó mi album «Rumbo al Sur» que será complementado con fotos del viaje y así poder recordarlo siempre!!! GRACIAS por todo!
Gracias por tus comentarios.