El diario personal de una mujer, mexicana, migrante y mamá que vive en Alemania… sus experiencias, sus anécdotas y sus opiniones!

Archivo para junio, 2017

Turisteando por el Mar Báltico

«En el mar, la vida es mas sabrosa…» dice una popular canción y definitivamente le doy la razón! Pero como todo en la vida, hay de mar a mar, y el que cree que todas las playas son cálidas, con olas, palmeras y vendedores de pareos no conoce las playas del norte de Europa!

Lo más curioso, es que para muchos alemanes la frase «en el mar, la vida es más sabrosa» también aplica cuando se pasan unos días soleados en las playas del mar del Norte o Báltico con apenas 20 grados y el agua a 16, sin olas y con vientos de 60-80 km/hr. Por eso repito, hay de mar a mar y en gustos se rompen géneros.

Mi primera vez en una playa alemana fue hace varios años, 10 para ser exactos. Pasamos Pascua con mis suegros en la famosa playa de «Timmendorfer Strand» en el Mar Báltico (Ostsee). No es necesario escribir, con ver la foto a continuación podrán entenderme:

 

Nunca había pensado que se podía ir a la playa vestida como quien va al polo norte! Y mi marido diciendo «oh, que hermoso día, y la brisa, y las gaviotas…» y pusimos a las niñas a jugar en la arena mientras que yo temblaba de frío y no aguantaba el aironazo en los oídos.

Lo siento, pero conociendo las playas mexicanas y todo lo que incluyen, desde los 30 grados, agua templada, hermosas olas, arena suave, y ambiente con bebidas tropicales, cocos y mangos enchilados, no me pueden pedir que me gusten las playas de acá. Pero como les digo, esa primera experiencia fue en Abril y este año quise darle una segunda oportunidad al Mar Báltico, pero en Junio!

Aprovechando un puente y poniendo como excusa nuestro aniversario de bodas #15, dejamos a las niñas con mis suegros y pasamos unos días en Wismar donde no solo conocimos la ciudad, sino algunas playas cercanas.

  • Wismar. Es una ciudad hanseática como Stade (donde vivo) y con una población similar. El centro histórico es patrimonio de la humanidad y conocimos dos de las iglesias importantes de la ciudad. Incluso en la iglesia de Santa María, hicimos un tour que nos llevó por la torre de 82 metros que queda de la construcción, ya que la nave fue demolida en los 60s porque después de la 2da guerra mundial quedó muy destruida y reconstruirla salía muy caro. Muy recomendable!

 

La ciudad es muy bonita y en el puerto comimos los tradicionales «Fischbrötchen» (torta de pescado) que estaban para chuparse los dedos.

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  • Isla Poel. Una pequeña isla de apenas 2500 habitantes donde conocimos la iglesia del pueblo y la playa. A pesar de estar a 17 grados, había gente dentro del agua que también estaba muy fría. Brrrrr!

 

  • Boltenhagen. Al día siguiente conocimos esta popular playa que es muuuuy turística y donde había muchísima gente tomando el sol, bañándose o paseando por la ciudad que está llena de restaurantes y bares. Claro, había un sol brillante y 20 grados!!! No me puedo quejar, pues este día pude caminar por la playa en manga corta 🙂

 

 

Por azares del destino, el siguiente fin de semana volví al mar Báltico, pero esta vez con amigas y del lado del estado Schleswig-Holstein, y no de Mecklenburg-Pommern. La ciudad se llama Grömitz y también es muy turística. Paseamos por el malecón, disfrutamos del sol y el clima (24 grados) y aunque no me metí al mar, pasé un par de horas a la orilla para tomar un poco de sol y vitamina D! El agua estaba a 16 grados pero como pueden ver en las siguientes fotos, eso no les importa a los alemanes ya que se bañaban como si nada.

 

En resumen les cuento que esta vez disfruté mucho más de las playas alemanas que hace 10 años, pero aún así no creo pasar jamás unas vacaciones de una semana o más en el mar del Norte o el Báltico. Prefiero mil veces las playas del sur, sea España, Italia, Grecia o Croacia, que aunque no vendan mangos con chile, ni los niños muevan la panza por 10 pesos, el clima y la temperatura del agua son suficientemente cálidos para mi 🙂 Es mucho pedir? Tal vez, pero ni las playas bajitas ni las canastas típicas de la región me convencen. Un fin de semana con gusto, pero nada más!

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A los alemanes les encanta el agua, y no sólo tienen las costas del norte, sino que apenas saliendo el sol, los lagos, ríos y piscinas públicas en todo Alemania se llenan de gente que disfruta bañarse a partir de los 20 grados. Después de 15 años de vivir en este país sigo sin adaptarme a esta costumbre, pero mis hijas como buenas alemanas disfrutan de la playa del Río Elba o de cualquier lago como si estuvieran en Puerto Vallarta o Cancún. Dichosas! Yo me muero de frío en estas aguas heladas aunque afuera esté el sol a 30 grados 🙂 Por qué será???

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Mariposa Quinceañera

Sí, 15 años de mariposa migrante y como en México, este aniversario lo celebraré en grande! En mi opinión personal, el migrante vuelve a nacer en el momento que llega a su nuevo país y así como un recién nacido, al principio tiene que depender de otra persona. En mi caso fue mi marido quien tenía que acompañarme al médico, al supermercado y a las oficinas gubernamentales a llenar formularios y completar trámites. Después como cualquier niño de pre-escolar, hay que aprender a hablar (en mi caso el idioma alemán), a andar solo y a no depender tanto de los demás, así como a descubrir todos los rincones del nuevo hogar.

Yo ya pasé por la etapa escolar y me encuentro en el nivel de secundaria, como cualquier adolescente con cambios hormonales (es simple casualidad que coincida con mi menopausia), miles de preguntas sin respuesta, rebelde e inquieta cumplo mis primeros quince años en Alemania. Ya hablo el idioma y me muevo como pez en el agua, pero sigo buscando posibilidades en el marco laboral. Soy alemana desde hace 10 años, pero sigo siendo una combinación curiosa de migrante aquí y extranjera en México.

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Brindo por estos primeros 15 años en Alemania, que ya son la tercera parte de mi vida. Brindo porque han sido maravillosos… llenos de aventuras, bendiciones y sorpresas. Hace 15 años no solo me convertí en esposa y migrante, al paso del tiempo me he convertido en madre, profesora de español, ciudadana alemana, escritora de este blog, y mil facetas más que me han acompañado a lo largo de este tiempo en mi nueva patria.

Brindo por estos 15 años, que no han sido fáciles pero que me han convertido en lo que hoy soy: una mariposa madura, plena y feliz. Como las mariposas monarca he volado miles de kilómetros hasta estas tierras para encontrar mi nuevo hogar: frío, lejano y a veces descolorido pero que he aprendido a colorear con mis tradiciones y costumbres, los sabores y acento de mi tierra natal y con la música que llevo por dentro.

Brindo por los siguientes 15 años en los que mis hijas se convertirán en adultas y seguramente dejarán su nido, y en los que espero seguir aprendiendo, disfrutando y volando como hasta ahora.

Tenía ganas de organizar una gran fiesta para celebrar estos XV años, pero con los recientes problemas de salud y visitas al hospital, la fiesta tendrá que esperar. Con la próxima visita de mi hermano y su familia ya tengo suficiente para organizar y planear! Será mejor hacer la fiesta cuando no esté la agenda tan llena, ya les avisaré!

Mi primera vez en ambulancia

Todos los niños asocian los camiones de bomberos y las ambulancias con algo de aventura y diversión por su velocidad, porque los autos les dan paso y pueden saltarse los semáforos en rojo. Y tienen razón! Sobre todo si no se está herido de gravedad o se tiene un problema serio, como fue mi caso el lunes pasado, que fui transportada en ambulancia más por cuestiones de seguridad que por una situación de vida o muerte.

Esta historia comienza el lunes justo una semana después de haber salido del hospital, cuando por la noche me empecé a sentir mal nuevamente. Por la mañana del martes (23 mayo) a pesar de los síntomas de dolor de cabeza, mareo y extremidades adormecidas decidí ir al trabajo: solo era una hora y media de clase de español en la universidad. Pero a los 10 minutos de empezar la clase fue imposible continuar debido a que la lengua seguía dormida y el mareo aumentaba. Uno de mis alumnos preguntó si había un doctor cerca y llamaron al de Airbus, cuya planta está al lado de Campos. Llegaron dos paramédicos que después de revisar mi presión sanguínea que estaba un poco alta y el nivel de azúcar quisieron revisar mi corazón en la ambulancia.  Después de escuchar mis antecedentes recientes decidieron llevarme en ambulancia al hospital para asegurarse de que no fuera algo más grave.

Sí, con sirena prendida y a toda velocidad! Y en menos de 10 minutos llegué a Urgencias, donde ya tenían una sala preparada para revisar mis signos vitales y el neurólogo estaba en camino. No les voy a contar todo lo que pasé durante tres días en el hospital pero a grandes rasgos les menciono:

– Estuve 24 horas en observación en la estación de embolias (Schlaganfalleinheit)

– Gracias a Dios mi diagnóstico no fue tan grave, sino que me detectaron migraña con aura

– Como el jueves era día festivo, día de la Ascensión del Señor, tuve que quedarme hasta el viernes para esperar a que me dieron de alta

Desgraciadamente la historia no terminó cuando salí del hospital ya que al día siguiente volvieron las molestias y siguieron cuatro días de insomnio total combinado con otros síntomas como falta de apetito, dolores de cabeza (no migrañas) y cansancio extremo. El miércoles pasado el doctor general recomendó bajar la dosis del medicamento de la presión (que finalmente había quedado en 10 mgs diarios de Ramipril) y el viernes el neurólogo en el hospital lo reconfirmó, así que al día de hoy no tomo ningún medicamento de la presión y ésta se encuentra en niveles normales.

La pregunta del millón: qué fue lo que ocasionó mi subida de presión hace 4 semanas y todos los problemas neurológicos? No lo sé y parece que ningún doctor lo sabe, así que la incógnita quedará por ahí para siempre. Yo tengo mi propia teoría, pero eso se los escribiré en la próxima entrada. Gracias a Dios me encuentro muy bien de salud y espero seguir así. Muchas gracias por estar al pendiente, sus comentarios y ánimos me ayudaron bastante. 

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