Adiós, Juan Gabriel
Hace una semana ya que me sorprendió la noticia de la muerte de Juan Gabriel. No me puedo considerar su fan y nunca fui a sus conciertos, pero como todos los mexicanos conozco muchas de sus canciones y puedo tararearlas de memoria. Ni siquiera tengo un disco de él, aunque ya estoy considerando comprar los de duetos 😉
No voy a escribir de su talento ni de su fama, ya de eso han escrito muchos expertos y artistas en estos días. Quiero dejar por escrito algunos pensamientos de lo que significa la muerte de Juan Gabriel para una mexicana en el extranjero.
Primero que nada, tengo que desahogarme! Como lo escribí en algún otro momento, el hecho de estar casada con alguien que no conoce a mis ídolos de la infancia y juventud es muy frustrante. Sí, me frustra no poder comentar con Thomas sobre lo triste que estoy, el vacío que dejará Juanga en México y de lo famoso que era. Así como cuando murió Cantinflas, o cuando se despidió Chabelo de su programa «En Familia», o recientemente la muerte de «Chachita», es imprescindible buscar a alguien parecido en Alemania para que tanto mi marido como mis amigos alemanes comprendan el impacto de este tipo de noticias. En el caso de Juanga, creo que en talento se le podría comparar con Dieter Bohlen pero en carisma no le llega ni a los talones. Así que al igual que Genaro Lozano («Con él perdimos a nuestro Oscar Wilde tropical, a nuestro Michael Jackson, nuestro Elvis Presley. De ese tamaño y de esa amplia gama era el talento y carisma de Juan Gabriel.»), lo comparo con Michael Jackson para que mi marido entienda mi duelo.
He de confesar que no conocía mucho de la vida de Juan Gabriel, pero no hay que ser un erudito para reconocer su talento, su sencillez y su fama ganada a base de esfuerzo y dedicación. Creo que no hay latino o español sobre este planeta que no sepa quién es Juan Gabriel y eso no se puede decir de muchas personas actualmente. Mi mamá tampoco era fan de Juan Gabriel, así que no puedo decir que crecí escuchando sus canciones en el radio de la casa o en casa de mis abuelos como es el caso de muchas amigas. Pero de alguna o de otra manera, las canciones llegaron a mis oídos y se quedaron ahí para siempre. Imposible no llorar con «Amor Eterno» cada vez que la escucho por estos rumbos. Así que sí, estoy de luto y me duele la muerte de un grande como él.
En muchos de los artículos y noticias que he leído en estos días sobre su muerte siempre sale a colación el tema de sus preferencias sexuales. Era o no homosexual? Y su famosa frase «lo que se ve, no se pregunta». Y es en relación a este tema que también quiero escribir. Me duele ver esa doble moral de mi México, cómo se maneja ese tema tabú en los medios y que personas como Juan Gabriel no puedan hablar con naturalidad de su sexualidad. No, no es necesario publicarlo pero tampoco habría necesidad de ocultarlo o aparentar otra realidad.
Estoy segura que Juan Gabriel sufrió mucho desde muy joven por razones como la pobreza, la muerte de sus padres, lo difícil de sobresalir en su vocación, pero sobretodo por no vivir su homosexualidad en libertad. Y así como él, muchos jóvenes y no tan jóvenes hoy en día tienen todavía que luchar por ser aceptados en una sociedad machista y homofóbica. Una verdadera pena 😦
Será que ya me alemanicé y no me asusta ese tema? Les voy a contar una historia que ejemplifica la diferencia entre vivir aquí y allá. Mi ahijada entró hace dos semanas al jardín de niños y como tiene síndrome de Down necesita de una persona que la acompañe todo el tiempo. Mi comadre me comentó que ya la habían encontrado y estaba muy contenta. También me contó que es lesbiana y que si entendí bien, su pareja trabaja como educadora en el mismo jardín de niños. Lo curioso del asunto es que el jardín de niños es católico, el único en Stade y está situado a un lado de la iglesia, donde cada domingo se les ve con dos o tres niños en misa. Incluso sobre ellas había escrito hace unos años en mi blog para describir las diferencias de la iglesia católica en México y Alemania. Mi comadre no le vio nada de malo, y yo tampoco.
Y ojalá que en México poco a poco la gente se volviera mas tolerante, abierta y no me refiero sólo en el ámbito artístico, sino en la vida común y corriente. Sé que es mucho pedir, pero de verdad que mucha gente podría ser feliz si no tuviera que aparentar, esconderse u ocultar sus preferencias sexuales.
Dios tenga en su santa gloria a Juan Gabriel, donde seguro hará bailar a todos los angelitos, sean gays o no 🙂