El diario personal de una mujer, mexicana, migrante y mamá que vive en Alemania… sus experiencias, sus anécdotas y sus opiniones!

Archivo para agosto, 2016

Buena suerte en la nueva escuela!

Nuestra hija pequeña entró el jueves 4 de agosto a la secundaria, a la misma escuela en donde estudia su hermana desde el año pasado. Ahora las dos pueden irse y regresarse juntas en el autobús, despertarse a la misma hora y comer conmigo sin tener que esperar una a la otra.

La ceremonia religiosa de entrada a la escuela no fue tan bonita ni tan sentimental como la del año pasado, así que no hay mucho sobre lo cual escribir. Pero hay algo de lo que sí tengo que escribir y es sobre la buena suerte o destino que acompaña a nuestra pequeña en este nuevo ciclo escolar y que espero siga así.

Como les conté en alguna entrada pasada, mientras que vacacionábamos en España recibimos un correo electrónico donde se nos informaba el salón que le correspondería a Caty en la nueva escuela. Dicha información era muy importante porque significaba saber con cuales de sus amiguitas de primaria seguiría los siguientes 5 años. Después de mucho preguntar y averiguar por whatsapp con las otras mamás, supimos que 2 niñas del barrio (las mejores amiguitas de Caty) estarían en el salón 5S (español), otras 5 niñas y 1 niño del barrio en la clase 5F1 (francés) y Caty con otra niña del barrio con la cual tenía muy poco contacto en el grupo 5F2 (francés).

Vaya desilusión! En el formulario de inscripción se pregunta con que alumnos se desea estar y como todas sus amiguitas eligieron español como segundo idioma, anoté todos los nombres por si en el sorteo quedaban finalmente en un grupo de francés, idioma que Caty eligió desde un principio. No tengo la menor idea porque ignoraron dicha información, pero no tenía ganas de preguntar ni de pedir un cambio… Nuestra hija aceptó la decisión  de buena gana y aunque no era lo ideal, estaba consciente de que esta sería una oportunidad de conocer nuevas amiguitas y con esa idea terminaron las vacaciones de verano.

Tres días antes de la entrada a la escuela me entero por otra mamá que una de las niñas del salón 5F1 quiere cambiarse porque no desea estar con tantas vecinas en el mismo grupo. Acaso esta era la oportunidad para solicitar también un cambio? o mejor dicho, un intercambio? Enviamos correos pidiéndolo y para nuestra sorpresa, un día antes del inicio de clases, se nos informó que nuestro deseo había sido aprobado.

Y fue así, sin planearlo, que Caty empezó la escuela con 4 de sus compañeritas de primaria (y vecinas). En la ceremonia de entrada a clases nos enteramos que este año no son solo 6 salones, sino 7 con un promedio de 25 alumnos, a diferencia de los grupos del año pasado que están al tope con 30.

Caty esta feliz y se siente como pez en el agua a dos semanas de haber comenzado. No sé si sea que su hermana mayor esta ahí o sea su carácter, pero no es tan temerosa ni se angustia como Victoria al de repente coincidir con 1300 personas en una escuela, tener 10 maestros diferentes y moverse en un ambiente totalmente nuevo para ella. Espero su hermana mayor se contagie de su seguridad e independencia, cualidades que le vendrían muy bien.

Nuestra rutina ha cambiado muchísimo y ahora el despertador suena a las 6:30 de la mañana, se visten, desayunan y salen de casa a las 7 para tomar el autobús a las 7:15 y comenzar clases a las 8. Lunes, jueves y viernes salen a la 1:30 y llegan a las dos a comer a la casa, mientras que los martes comen en la escuela porque Victoria tiene clases hasta las 2:30 y de ahí se va caminando a su clase de ballet. El miércoles Victoria se viene a casa a la 1:30, pero Caty se queda a comer con dos amiguitas para irse después a su clase de jazz. Además, los martes ayudaré en el comedor de la escuela y así no me tocará comer solita en casa.

Veremos como nos adaptamos al nuevo horario, a comer en la escuela y a tener días mas largos con actividades matutinas. Confío en que el año escolar sea tranquilo, lleno de bonitas experiencias y exitoso! Al menos ya empezamos con el pie derecho con ese golpe de buena suerte, no creen?

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Un año sin Facebook

Lo que empezó como una idea loca, se convirtió en una forma de vida 🙂 Y es que el año pasado decidí desinstalar el facebook de mis dispositivos móviles (Iphone y ipad) con tan buenos resultados que ya no lo volví a instalar!

No voy a negar que algunas veces me han dado ganas de instalarlo de nuevo, pero mi fuerza de voluntad ha sido mayor y he aprendido a vivir sin esa necesidad de postear cada cinco minutos lo que pasa en mi vida.

Sí, sigo siendo usuaria de Facebook pero solamente desde mi laptop que se encuentra en la oficina de mi casa, específicamente en el sótano por lo que tampoco la tengo «a la mano» todo el tiempo mientras cocino, como o estoy con mis hijas. Mucho menos la tengo en mi recámara, cosa que llegó a suceder en mis peores tiempos de adicción al facebook.

Sí, sigo viendo ventajas de ser parte de esa red social pero el desinstalarla de mis dispositivos móviles fue la única forma de poner un límite a su uso. Antes de mis vacaciones a Italia el año pasado hice el experimento varias veces y traté de limitar el uso de facebook a los tiempos de espera, por ejemplo en el médico o mientras empezaba la función de cine. Pero no funcionó! Incluso lo checaba mientras esperaba en un semáforo o mientras mis alumnos estaban ocupados con una tarea en grupo.

Sí, al principio fue difícil y así como los adictos a las drogas o al alcohol me entraba una especie de ansiedad por no leer en «tiempo real» lo que hacían mis amigos  en un día festivo o las reacciones de mis conocidos a una noticia internacional. Pero con el tiempo aprendí a que no pasa nada si no me entero inmediatamente de lo que pasa en el mundo, con checarlo una vez al día o cada dos días es suficiente para dar mi opinión o un «like», enviar mis felicitaciones por bebés recién nacidos, cumpleaños o graduaciones.

Sí, seguiré sin la aplicación de FB en mis dispositivos móviles y seguiré disfrutando de mi familia, mi tiempo libre y mi vida sin el vicio a dicha red social. Tengo Whatsapp en mi teléfono celular y he notado que con esta aplicación es más fácil controlarse, así que el chatear no ha afectado todavía mi vida diaria de tal forma que tenga que tomar medidas más drásticas.

Nunca pensé que podría vivir sin el FB en «tiempo real», pero lo logré y estoy muy contenta con haber tomado esta decisión. Además, he limitado mi número de contactos a 200 (en lugar de los 500 que algún día llegué a tener) y he dejado de seguir muchos medios de comunicación que no hacían más que compartir malas noticias.

Algunas veces hay que desconectarse para conectarse como lo muestra este lindo video:

 

Primeros signos de la pre-adolescencia

«Se entiende como preadolescencia generalmente a la etapa de entre 10 y 13 años, es decir, la que abarca el desarrollo de la niñez a la adolescencia. En la preadolescencia, el niño experimenta cambios biológicos y sociales, así como transformaciones cognitivas que le van a permitir enfrentarse a las tareas intelectuales propias de un adulto, el comienzo de este período está caracterizado por la aparición de las operaciones concretas, mientras que lo que caracteriza su final es la aparición del pensamiento formal.»

Esa es la definición encontrada en internet y la etapa en la que me encuentro como mamá y por partida doble. Catalina acaba de cumplir 10 años y Victoria con 11 años y medio ya tiene rato en esta etapa llamada preadolescencia, aunque ella asegura que ya es adolescente 🙂

El nombre es lo de menos, lo interesante es como en tan poco tiempo mis niñitas han cambiado en lo que yo llamo «casi» señoritas. Aquí algunos ejemplos de las cosas que marcan la entrada a esta nueva fase:

– toda la vida ambas habían usado el mismo shampoo y jabón liquido a la hora de ducharse. Ahora, cada quien tiene uno distinto de acuerdo a sus gustos y necesidades y han invadido mucho espacio en el cuarto de baño con tanto bote distinto. Y como si eso fuera poco, de un día para otro ocuparon un espacio considerable en el armario con sus cremas, desodorantes, perfumes, etc.

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– los cambios físicos todavía son mínimos, aunque ya no tardan en llegar. Eso sí, están creciendo mucho y las facciones de la cara están cambiando considerablemente.

– en la casa nunca hemos sido de andar desnudos por toda la casa, pero tampoco de poner mil candados al baño, y como es baño compartido era normal entrar a lavarse los dientes mientras otro se bañaba, etc. Ahora? Imposible! Las niñas no permiten que se les vea desnudas ni medio segundo y bajo ninguna circunstancia. Sé que es normal, pero a veces me parece exagerada su reacción conmigo que soy su mamá!!!

– si los niños vuelven locos a sus papás con el interminable «porqué?» a los dos años, esperen a los «porqué?» de la adolescencia. Y no se trata de saber el origen de las cosas, sino de cuestionar cualquier NO a un permiso, deseo o capricho. Ahora más que nunca la frase de «es que todos….» es cosa de todos los días y se vuelve más difícil explicar porqué en esta casa las reglas son distintas.

– agregaría el tema de tecnología, pero creo que ya no es un problema de la pre-adolescencia ya que los niños tienen acceso a tablets y teléfonos celulares desde el jardín de niños.

– desde hace tiempo que dejé de comprarles ropa por mi cuenta porque mas de una vez tuve que devolverla porque no les gustaban «mis gustos». Hoy en día es imposible que yo pueda elegir un lápiz, accesorio o detalle para mis hijas, ellas tienen la última palabra y no queda más que respetar sus gustos. Obviamente siempre doy mi opinión y todavía es posible convencerlas si lo que quieren comprar no es apropiado para su edad o no me gusta 🙂

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– en lo que todavía no han cambiado y que sigo aprovechando al máximo es en lo cariñosas que son. Aún puedo comérmelas a besos, apachurrarlas con mis abrazos y acurrucarnos por horas en la cama. Hace unos días Victoria me preguntó que qué pasará cuando se cambié de recámara al sótano (un plan para dentro de 3 años)? Qué si podrá venir a mi cama como hace cada mañana cuando se despierta… Me dio mucha ternura su pregunta y no quise decirle que seguro en 3 años no querrá acurrucarse conmigo a ninguna hora del día, así que solo le dije que «claro que sí!».

Veremos como van cambiando hacia la adolescencia, apenas voy empezando y seguro me deparan muchas sorpresas. Lo más importante es disfrutar cada etapa y no perder de vista que todo es temporal, y que con la edad el tiempo pasa más rápido y por lo tanto pareciera que cada etapa es fugaz. En un abrir y cerrar de ojos han pasado de bebés a preescolares, y luego a niñas de primaria para brincar a la secundaria en otro parpadear.

Y para no olvidar tan bellos momentos en cada fase de sus vidas, escribo estas líneas que seguro me refrescaran la memoria en mi vejez 😉

 

 

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