El mundo de las flores silvestres
En la clase de Biología de nuestra hija mayor le han encargado un proyecto muy especial: recolectar un mínimo de 20 flores silvestres de una lista de 70 a lo largo de un año calendario, es decir, se entregará en la 6ta clase en abril 2017.
Se oye fácil pero no lo es tanto. A mí que me encantan las flores, la idea me ha fascinado desde un principio y he seguido al pie de la letra la instrucción del profesor de que los padres deben apoyar a los niños en este proyecto 🙂
Como pueden imaginar de una persona que creció en una ciudad como Monterrey, no tengo idea alguna sobre flores silvestres y menos de las que crecen en Alemania. Al leer la lista de las 70 flores ordenadas por familia, reconocí 4 o 5: Lowenzahn, Gänseblumchen, Brennesee y Mohn que son las más conocidas y crecen en cualquier prado.
Así que la primera tarea fue buscar las 70 flores en internet e imprimir una hoja con la foto correspondiente y donde se pegará la flor recolectada, además de escribir la información solicitada por el profesor: nombre común, nombre botánico, familia, fecha, lugar y tipo de ecosistema (prado, bosque, etc.) donde se encontró la flor.
No tenemos que encontrarlas todas pero si no sabemos cuales tenemos que buscar, no podemos empezar. Además, sacamos unos libros de la biblioteca que ayudan a clasificar las flores y tienen muchísimas fotos ordenadas por el color de la flor.
Y empezó la diversión: observar en cada calle, jardín, prado, hacer paseos al bosque y parar en medio de la carretera para buscar flores. Después cortarlas y colocarlas en un libro para aplastarlas con un papelito indicando la fecha y lugar.
Al llegar a casa, revisar nuestro catálogo y si está en la lista apuntar el nombre y marcarla como «encontrada». Según instrucciones del profesor, las flores deben estar en papel periódico al menos 6 semanas para que estén bien secas y poner libros pesados sobre el periódico para que queden bien aplastadas. Si la flor no está en el catálogo no queda mas que tirarla 😦
Por último, las flores secas tendrán que pegarse en una hoja con cinta adhesiva y escribir su información correspondiente. Eso es lo mas fácil de todo el proceso.
A mi suegra el proyecto le ha resultado demasiado difícil para una niña de 10 años, yo no sé porque no crecí aquí pero definitivamente he aprendido muchísimo junto con mi hija. Por ejemplo:
– he aprendido a observar aún más mi alrededor y detener mi atención en detalles pequeñísimos, pero bellísimos
– he aprendido que en el bosque también crecen flores a pesar de la poca luz que llega a la superficie
– he aprendido que las flores pocas veces crecen solas, la mayoría de las veces toda una área de varios metros está repleta de flores del mismo tipo
– he aprendido nombres, características y detalles de flores que de no haber sido por este proyecto jamás hubiera descubierto
Mientras ayudaba a Victoria a buscar tantas flores en internet e invertíamos tanto tiempo en el catálogo, pensaba que al menos para Catalina me evitaría el mismo trabajo el próximo año, pero sorpresa! Este proyecto se alterna cada dos años con otro tema: hojas de árboles y arbustos. Así que el próximo año, aprenderé mas de la naturaleza alemana al apoyar a Caty buscando hojas de seguramente 70 especies diferentes 😉