El diario personal de una mujer, mexicana, migrante y mamá que vive en Alemania… sus experiencias, sus anécdotas y sus opiniones!

Archivo para noviembre, 2015

La escuela hace 100 años

En la última visita de nuestras hijas a casa del abuelo paterno, las llevaron a un museo pequeño en la ciudad de Diesdorf. El museo «Freilichtmuseum Diesdorf» fue fundado en 1911 y es uno de los más antiguos de este tipo: abierto y que muestra cómo era la vida cotidiana hace cientos de años.

Yo no lo conozco, pero mis hijas llegaron tan emocionadas que deseo compartir con ustedes lo que aprendieron durante su corta visita a dicho museo.

A lo largo de una extensa área se pueden visitar 17 edificios diferentes como la granja, el taller textil, la panadería, una vivienda común, etc. y como en todo pueblito del siglo 18 no podía faltar la escuela. A pesar de no tener reservación para el tour por la escuela, mi suegro se encontró al guía que fue su colega años atrás y que se ofreció a darles una clase «particular».

Mis suegros, mi cuñada y mis hijas pasaron al salón de clase y tomaron asiento. El guía que era un maestro jubilado como mi suegro, les explicó cómo era la escuela hace 100 años:

  • Para empezar a las niñas les dio unas diademas con unos moños grandísimos que indicaban el estrato social más alto. Mi cuñada recibió un moño mediano y se sentó en la segunda fila, y mi suegra se puso el más pequeño que era el usado por los más pobres.
  • En la primera fila se sentaban los alumnos de primer grado, en la segunda los de 2do y así sucesivamente hasta 4to año.
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  • El maestro les enseñó la escritura «Sütterlin«, que era la obligatoria antes de la segunda guerra mundial y las niñas aprendieron a escribir su nombre.IMG_2970
  • Algunas reglas de comportamiento que se seguían hace 100 años eran:
    • cada niño saludaba al maestro de mano con una reverencia
    • al entrar el profesor los niños se ponían de pie y le saludaban todos a la voz de «Herr XYZ»
    • al preguntar algo siempre debían incluir la frase «Herr XYZ» al final, ver a los ojos y ponerse de pie
    • los niños sólo podían hablar cuando el maestro les daba permiso y estaba prohibido hablar entre ellos
    • cada niño tenia una pequeña pizarra donde escribían con una especie de gis y podían limpiarla con una esponja
    • cada determinado tiempo se asignaban nuevos puestos a los niños: el que le abría la puerta al maestro, el que abría las ventanas para que entrara aire fresco, el que recogía agua del pozo, el que tiraba la vasija de escupitajos porque se decía que era malo tragar flemas (guac!), etc.
  • Y por supuesto también les enseñaron como eran los castigos, tema que encontraron muy divertido:
    • se le colocaban unas orejas de burro al castigado y debía pararse en la esquina del salón
    • en caso de haber cometido un error muy grande, debían irse a su casa con las orejas puestas
    • los castigos corporales consistían en nalgadas a los niños, y golpes en las manos con una regla a las niñas. No se les daban nalgadas a las niñas para evitar que le vieran los calzones en caso de levantarse un poco la falda.
    • otra variante era hincarse sobre una barra por un tiempo determinado o sobre chicharos crudos
    • el que olvidaba traer su esponja mojada, tenía que humedecerla con orina
    • el que rechinaba en la pizarra era castigado
  • Travesuras
    • los niños metían el pelo de las niñas que estaban sentadas adelante en los tinteros!!!

Interesante, no? En realidad las escuelas en México también tenían más reglas de comportamiento y castigos corporales que hoy en día y no tan diferentes a las que conocieron mis hijas en este museo. Pero no cabe duda que «vivir» una experiencia como ésta queda grabada mejor que leyéndola en cualquier libro o enciclopedia.

A mis hijas les pareció en el momento todo muy divertido, pero al platicarlo con nosotros se percataron de las grandes diferencias y de lo afortunadas que son al tener más libertad, menos castigos corporales y más diversión en la escuela. Así que además de aprender un poco de historia, valoraron los cambios que se han dado en este ámbito y se dieron cuenta que la «escuela» no es tan mala como parece 🙂 «O acaso les hubiera gustado vivir hace 100 años?» «NOOOO!»- Gritaron al unísono.

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Empanadas de calabaza

El año pasado, o fue hace dos años?, mi suegro nos regaló una calabaza enorme! Hice sopa varias veces, un pay de calabaza y todavía me quedó pulpa suficiente para congelar. La semana pasada la encontré por casualidad en el fondo del congelador y decidí hacer unas empanadas norteñas (Nuevo León, México) para matar el antojo 🙂

Girasoles

Calabazota!

La receta es de mi mamá y se las comparto con mucho gusto. De verdad que la masa queda deliciosa y sea cual sea el relleno, pueden congelarlas para que el tesoro les dure mas. Las pueden rellenar de cajeta o mermelada de cualquier sabor, lo importante es que sea espesa para que no se salga ni chorreé al hornearlas.

-MASA – (para aprox. 25 empanadas medianas)

Ingredientes:IMG_2972

500 grs harina de trigo

250 grs manteca de puerco o vegetal

1 C azúcar

1/2 c sal

1 cerveza fría

1 huevo para barnizar (opcional)

azúcar con canela para espolvorearlas (opcional)

Pasos:

Cernir la harina con el azúcar y la sal, vaciar todo en un tazón agregándole la manteca.

Trabajar la masa con las manos formando una pasta arenosa.

Añadir la cerveza poco a poco hasta formar una masa suave y tersa. Mas o menos la mitad de la cerveza, el resto te la puedes tomar mientras terminas las empanadas 😉

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Estira la masa con un rodillo (o en una tortillera), corta círculos y coloca un poco de relleno (mermelada o cajeta) en el centro de cada uno de ellos. IMG_2974

Ciérralos y con las puntas de un tenedor sella los bordes de las empanadas. También es recomendable picarlas con el tenedor para que salga el vapor y no exploten 😉

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Puedes pintarlas con clara de huevo para que queden brillantes.

Hornéalas durante 25-30 minutos a 160 grados, hasta que estén doradas.

Aún calientes, pásalas por azúcar con canela.
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Y listo!

Para quienes tienen antojo de empanadas de calabaza, les paso la receta para hacer el relleno.

Corta en trozos grandes la calabaza (sin cáscara ni semillas) y cocínala al vapor con un poco de agua. Por otro lado, derrite IMG_2971el piloncillo (en mi caso usé 250 grs de panela colombiana que pedí por internet) con una rama de canela, un poco de anís y dos o tres clavos. Si la calabaza ya cocida tiene demasiada agua, puedes colarla para que quede lo más seca posible. A esta pulpa, añade la miel del piloncillo. Múevelo todo constantemente con una cuchara de madera para que no se pegue. La mermelada debe quedar con consistencia de frijoles refritos. Cuando esté lista, retírala del fuego. Lo más recomendable es realizar el relleno un día antes para que se enfríe. Si lo deseas puedes agregarle un poco de nuez picada y salen más ricas 😉

Buen Provecho!

Piñata de calaverita

Hace un par de semanas participé en un «workshop» de piñatas con algunas familias de nuestra parroquia. La idea no fue mía, sino de otra persona que también forma parte del comité de actividades familiares y que había asistido a un curso que dí hace algunos años. Acepté la propuesta y elegimos dos fechas para elaborarlas. La primera sesión para escoger el diseño o forma y  empapelar el globo o caja, y como el clima aquí es muy húmedo y toma su tiempo secarse, la segunda sesión la planeamos para tres semanas después: casualmente el 1 de Noviembre, día de todos los santos.

Como en muchas de las actividades de la iglesia, no hubo mucha resonancia y sólo llegaron dos mamás con sus pequeñitos. Para poder mostrar el proceso, yo misma inflé un globo enorme y empecé a empapelarlo con trozos de periódico y pegamento para tapizar (Tapetenkleister). Aún sin saber muy bien que forma tendría, ayudé a los demás a terminar sus proyectos: pescados, flores, calabaza y manzana, y por lo mismo tuve que terminar la mía en casa esa misma noche. Y justo en ese momento llegó la inspiración: sería una calaverita de azúcar!

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Previendo que en la segunda reunión tampoco tendría tiempo de terminar mi piñata, seguí trabajando en casa. Gracias a un video de youtube, aprendí como darle forma a la mandíbula.

IMG_0471Cuatro días después cuando estaba bien seca y dura, dibujé con lápiz los detalles de la calavera tomando algunas ideas de internet.

IMG_0507Una vez terminado el diseño en lápiz, recalqué líneas y dibujos con un marcador negro.

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Para después colorearla con diferentes marcadores.

IMG_0513Por último, mis hijas me ayudaron a hacer flores de papel crepé que pegué con silicón en la calavera.

IMG_0512IMG_0514Y lista! Viendo el resultado final, me quedó claro que esta piñata no se romperá como lo marca la tradición, sino que será usada como decoración en mis cursos o eventos mexicanos. Aunque en la foto se ve pequeña, mide más de 70 cms de largo 🙂 y seguro adornará de maravilla cualquier salón.

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