Entre castillos, viñedos y olivos
No sé cuantos lugares en el mundo combinen estos elementos en sus paisajes, pero si le agregamos gente amable y sencilla, clima cálido, lindas playas y cerros y lomas por doquier, seguramente La Toscana italiana es el único lugar en este planeta con esas características.
Italia me ha fascinado desde joven y en mi primer viaje a Europa, hace 16 años, fue uno de mis países favoritos. En aquel entonces visité 15 países en 30 días, y de Italia conocí Roma, Florencia, Venecia, Pompeya y Pisa. Desde que vivo en Alemania, he tenido la fortuna de visitarlo en diferentes ocasiones, ya sea acompañando a mi marido de trabajo a Venecia o Boloña o por mi trabajo a Milán y a otro lugar cuyo nombre no recuerdo, pero donde estaban las oficinas de Trudi (fabricante de monos de peluche).
Italia me recuerda mucho a México, por su comida, su gente y su clima. Por supuesto que tienen mas diferencias que similitudes, pero comparándolo con Alemania, Italia tiene mas sabor, más calor humano, más tradición familiar y más ambiente 😉
En fin, no voy a escribir sobre lo mucho que me gusta Italia en comparación a Alemania, sino de nuestras últimas vacaciones en la bella región de La Toscana, que desde hace mucho tiempo quería conocer a detalle y que en 10 días tuve oportunidad de disfrutar al máximo!
Empezamos con la planeación desde Marzo, pues visitarla en temporada alta requiere hacer reservaciones con tiempo. Decidimos viajar en coche y alquilar una casa en un lugar central, del cual pudiéramos movernos a otros sitios de interés. Ese lugar sería Siena.
De Stade a Siena se conducen poco más de 17 horas sin considerar tráfico ni pausas, asi que decidimos pasar una noche en nuestro camino de ida en Austria. De regreso haríamos varias paradas para conocer Bavaria, en el sur de Alemania.
Empezamos nuestras vacaciones el sábado 25 de julio a las 5 de la mañana para evitar el tráfico de miles de vacacionistas que como nosotros huyen del «verano» en el norte de Alemania. Primera parada: Ingolstadt, donde comimos comida tradicional y recorrimos la orilla del Río Danubio. Seguimos por la tarde hasta la ciudad de Münster en el Tirol Austríaco, donde pasamos la noche en un hotel sencillo y tradicional. Como llovía a cántaros y no podíamos salir a conocer el pueblito, decidí responder al llamado de las campanadas frente a nuestra habitación y asistimos a misa de 6 en una iglesia católica pequeña y pintoresca.
Al día siguiente no madrugamos y después de desayunar, partimos a eso de las 9 hacia Italia. Este vez paramos a comer en el famoso Lago di Garda, donde las nñas se remojaron un poco para aguantar el calor de 34 grados! El tráfico hizo nuestra tarde un poco más larga de lo planeado y llegamos a nuestra casita a las 6 de la tarde. Los dueños, una pareja bastante agradable nos dieron la bienvenida y las llaves, nos instalamos rápidamente y al agua patos! Después de refrescarnos en la piscina, disfrutamos de una noche de pizza en la terraza del restaurante del complejo habitacional. Mamma mia! Que delicia de pizzas a la leña con una vista del atardecer en La Toscana!
Empezamos la semana con un día tranquilo ya que el fin de semana entre carreteras nos dejó agotados. Fuimos al supermercado del pueblo (Castelnuovo de Berardenga) y compramos alimentos para desayunar y hacer algunas comidas o cenas en la casa, además de bebidas y botanas. Clima cálido pero con demasiado viento fue perfecto para disfrutar de la casa y la piscina. El susto del día fue al tomar un atajo en el pueblo, donde el carro topó al salir de una colina. Pensé que nuestras vacaciones terminaban en tragedia al oír el chasis despedazarse, pero después de revisarlo todo quedó en susto y seguimos nuestro camino.
El «highlight» del viaje era conocer la torre inclinada de Pisa y el martes nos fuimos a Empoli en coche y de ahí tomamos el tren a Pisa para completar la aventura. El tren iba llenísimo, pero salió puntual y de la estación central, atravesamos la ciudad (1.5kms) a pie hasta llegar a la famosa torre. Para mi fue una experiencia muy distinta a la de hace 16 años, cuando la torre estaba detenida por cables, no estaban los jardines cerrados ni existían los «selfies». En fin, tomamos las fotos reglamentarias en todas las poses y combinaciones posibles antes de regresar a la estación de tren. De regreso en Empoli, conducimos un cuarto de hora a la ciudad natal de Leonardo da Vinci, donde hay un museo sobre su vida y sus obras como ingeniero, pintor, descubridor y científico. Un día muy cultural e interesante!
Con dos niñas de 9 y 10 años no se puede esperar un viaje sólo entre museos, iglesias y castillos, asi que decidimos intercalar algunas actividades o paseos mas atractivos para las pequeñas (y los grandes también). El miércoles lo pasamos en la playa Castiglione della Pescaia, donde disfrutamos los 32 grados entre olas, mariscos, muchísima gente y fotos. De regreso paramos en Roselle donde no encontramos el muro medieval de nuestro folleto vacacional, pero sí una pizzeria local muy tradicional donde cenamos antes de regresar a casa.
El día siguiente fue el día de papá y lo pasamos en la región de Chianti, famosa por sus vinos que llevan el mismo nombre. Primera parada: Radda, donde visitamos la Casa Chianti Gallo Nero y Tom degustó algunos vinos tintos. Segunda parada: Castellina, pueblito pintoresco donde tomamos unos helados deliciosos para refrescarnos. Tercera parada: Greve, ciudad famosa por su plaza llena de restaurantes y locales con productos de la región. De regreso paramos en Broile, donde el castillo estaba ya cerrado pero que como quiera recorrimos por fuera 😉 Nota aclaratoria: las carreteras entre estos 4 lugares están llenas de curvas entre colinas de viñedos y olivos y donde la vista se deleita con paisajes espectaculares!
Y la semana (y casualmente el mes tambien) la terminamos con un día de descanso en casa, disfrutando la piscina y un día cálido pero nublado. Siete días llenos de experiencias, momentos inolvidables y recorridos por una región que ninguna fotografía o pintura puede representar en su totalidad. Y apenas estamos a la mitad! Estoy segura que la semana que falta tendrá su dosis de aventura, belleza y diversión. Solo hay que tener todos los sentidos atentos y dispuestos a vivir al máximo cada minuto!
Las fotos se las compartiré en la página de Facebook tan pronto llegue a casa, ya que con conexión a internet limitada es imposible hacerlo ahora. Y esperen la segunda parte de esta entrada que describirá el resto de las vacaciones!
Arrivedercci!