Nuestras hijas asistieron a su primer campamento de niños exploradores (scouts) el fin de semana pasado, después de estar ya dos años en esta asociación donde se reúnen cada dos semanas a aprender el método scout, que para quién no lo conoce incluye los siguientes elementos:
- La educación en valores expresados en una promesa y una ley a los que se adhiere voluntariamente;
- La educación activa a través del aprender haciendo, el aprender jugando y el aprendizaje por medio del servicio;
- La pertenencia a pequeños grupos (por ejemplo: la patrulla o el equipo), que con la asistencia y acompañamiento responsable de adultos, incluyen el descubrimiento y la aceptación progresivos de responsabilidades, la capacitación hacia el gobierno autónomo tendientes al desarrollo del carácter, la adquisición de habilidades y competencias, la independencia y confianza en sí mismo, el sentido de servicio y, la aptitud de cooperar y conducir;
- Programas progresivos, atrayentes y estimulantes basados en los intereses de los participantes compuestos por un marco simbólico sugerente y un sistema progresivo de objetivos y actividades educativas variadas, incluyendo juegos, habilidades útiles y servicios a la comunidad, que ocurren en gran parte al aire libre en contacto con la naturaleza;
- La participación emotiva y no interferente del adulto que ayuda a coordinar las actividades que deciden llevar a cabo los muchachos.
Se fueron en tren a la ciudad de Hildesheim, donde se llevó a cabo el campamento de la asociación «DPSG» (Deutsche Pfadfinderschaft Sankt Georg) de la diócesis de Hildesheim y que contó con la participación de 850 scouts (mixto) y sus respectivos dirigentes. El campamento empezó el viernes por la tarde y culminó el martes por la mañana, es decir 4 noches durmiendo en tiendas de campaña y conviviendo con scouts de 7 a 20 años de 5 distritos del norte de Alemania. He de confesar que la primera noche no dormí del todo bien pensando en cómo habrían llegado después de viajar en 4 trenes, cargando unas mochilas de 6 kilos y pasando la noche a menos de 10 grados. Ya me arrepentía de haberlas mandado, tan chiquitas y tan frágiles, durmiendo en el suelo y comiendo sólo Dios qué. Mi marido trataba de calmarme diciendo que mientras no nos llamaran, significaba que todo estaba bien y que seguro la estarían pasando de maravilla. El tercer día envíe un mensaje a una de las dirigentes para saber cómo iba todo (muy light), y me contestó que estupendo! Las niñas estaban de paseo en canoas en el lago y disfrutando el solecito. Contaba las horas el martes para ir a recogerlas a la estación de tren y preguntar todos los detalles. Para mi sorpresa, llegaron cansadas pero felices! Fue un evento masivo, muy bien organizado, donde todos los días tuvieron programa desde la 7:30 de la mañana hasta las 10 de la noche. Durmieron en una tienda de campaña con una niña de la edad de otra ciudad y cantaron, jugaron, rezaron, comieron y disfrutaron al máximo. Los niños estaban separados por nivel y tenían un área asignada con tiendas de campaña, comedor y baños.
Había animadores y show por la noche, además hubo diferentes «workshops» donde podían hacer manualidades, actividades deportivas, etc. Definitivamente mucho mejor de lo que imaginaba. Además, tenían de invitados a un grupo scout de Bolivia, así que en más de una oportunidad escucharon español por aquí y por allá.
Cómo este grupo particular es católico, el domingo asistieron a misa de Pentecostés en la catedral de Hildesheim. Todos sin exepción participaron de la celebración eucarística e incluso el sacerdote dirigió un mensaje en español a los invitados bolivianos. Al final, todos los participantes formaron el logo scout, una flor de liz y les tomaron una foto área. Todos los días se publicó un periódico con las noticias del campamento, fotos de las actividades del día anterior y avisos importantes. A las 7:30 de la mañana desayunaban pan con embutidos o nutella, al mediodía comían pasta, ensalada o guisos con verduras y carnes, y por la noche cena nuevamente con pan. Solamente el último día asaron salchichas y bombones 🙂 Cada quién tenía que servirse y al final, lavar sus utensilios.
No tuvieron miedo, ni extrañaron, ni se enfermaron. Sólo una vez la pequeña lloró porque quería ir al baño a las 11 de la noche, y la hermana que ya estaba dormida no quiso acompañarla. Pero finalmente fue solita y santo remedio! El eslogan del campamento fue «Fuente de justicia», y todo el tiempo trataron el tema en diferentes actividades. Los niños tenían que encontrar cristales en el campamento y al final recibieron uno de recuerdo. Al preguntarles «qué les había gustado más?», simplemente contestaron TODO! Y estoy segura que esta experiencia quedará grabada en su memoria para siempre. Disfrutaron mientras aprendían, jugaron mientras descubrían, participaban en actividades sin saber que al mismo tiempo estaban desarrollando capacidades y habilidades que les servirán toda la vida. No fui SCOUT, pero mis hermanos lo fueron y sé lo mucho que aprendieron en esos años de excursiones y campamentos. Ahora soy una Mamá SCOUT y estoy muy orgullosa de mis princesas, que aunque parecen delicadas, saben defenderse en el campo/bosque y sobrevivir como un «lobato». Confío en que sigan acumulando experiencias, haciendo nuevas amistades y creciendo como exploradoras!
Gracias por tus comentarios.