Paraíso natural en Luneburgo
El lunes siguiente al domingo de Pentecostés siempre es feriado en Alemania y como casi siempre cae en Mayo es uno de los «puentes» favoritos para hacer un viaje corto o excursión. En nuestro caso, este año las niñas se fueron de campamento con los exploradores de viernes a martes (agregan el martes feriado en las escuelas, no pregunten porqué) y busqué una opción para mi marido y para mí con el pretexto de festejar nuestro 13. aniversario de matrimonio.
Me decidí por una región muy conocida y popular en el norte de Alemania, pero que hasta el momento no habíamos tenido oportunidad de conocer. Ya que no hay mucha información en español en internet, les describiré los lugares que visitamos y espero se animen a visitar este lugar paradísiaco que me fascinó y al cual deseo volver con nuestras hijas en un futuro cercano.
Nuestro destino estaba en lo que se llama el Brezal o Landa de Luneburgo (en alemán: Lüneburger Heide), que es el área más grande de brezo (brezal) y bosques de enebros de Alemania. Tiene un área aproximada de 7,000 kms cuadrados y se extiende de Hamburgo a Hannover y de Bremen a Luneburgo, prácticamente la parte noroeste del estado de Baja Sajonia.
La región esta dividida en 4 subregiones: el norte, el oeste, los altos y el sur. Y existen dos parques naturales (norte y sur), y en el parque natural del norte que recibe sólo el nombre de «Lüneburger Heide», existe una reserva natural (en color verde oscuro en el mapa). El 60% de la región total consiste en bosques, el 20% en áreas de «brezal» y el resto en pantanos, areas de cultivo, y praderas.
El brezal es un arbusto que florea entre agosto y septiembre de color lila, por lo que el paisaje es hermoso. Desgraciadamente no pudimos observarlo, pero aquí les pongo una foto para que se lo imaginen:
Nuestro viaje comenzó el sábado por la mañana y estos son los lugares que conocimos:
* Bergen. Poco antes de llegar a nuestro destino, paramos en este pueblito que es conocido por el campo de concentración donde murió Anna Frank. Hace 15 años conocí un campo en Austria y juré no volver a pisar otro en mi vida, así que no lo visitamos y sólo paseamos por el centro de Bergen, donde encontramos este “1000-jährige Eiche” (roble de 1000 años) que es parte del escudo de la ciudad.
* Hermannsburg. Nuestro hotel se encontraba en esta ciudad de 8,000 habitantes, pequeña pero pintoresca y punto de entrada al parque natural «Südheide».Después de registrarnos, descansamos un poco en el spa del hotel y disfrutamos de una cena romántica que estaba incluída en el paquete de fin de semana que habíamos reservado.
Al día siguiente, rentamos unas bicicletas en el hotel por 10 euros por todo el día (domingo de pentecostés) y decidimos hacer uno de los muchos tours de bicicleta en la región. El más corto! de 29 kms!!!
* Südheide. Tuvimos mucha suerte con el clima, ya que ese día subimos a 20 grados y no cayó ni una sola gota de lluvia. Tanto un día antes como un día despues, el termómetro no supero los 14 grados y llovió muchísimo. Cabe aclarar que nunca he sido buena deportista y aunque tengo bicicleta desde hace 5 años, la uso para paseos cortos o para ir a la panadería a unas cuantas cuadras de la casa. 20 kilómetros se me hacían muchos, pero considerando que era el más corto y que mi marido pronosticaba dos horas de viaje, no dudé en aventurarme.
Salimos a las diez y media del hotel y el plan de mi marido era volver al hotel a comer y por la tarde hacer otro tour más largo. «Veremos», dije yo. Todo el recorrido esta muy bien marcado con pictogramas, flechas, anuncios e información para no perderse. Además, llevábamos mapas que nos habían prestado en el hotel y el ipad por si las dudas. Los paisajes son simplemente espectaculares, un riachuelo por aquí, un laguito por allá. Diferentes tipos de árboles, arbustos, flores y siempre VERDE VERDE VERDE. Pero lo más espectacular es el olor a madera, el sentir el viento en la cara y el escuchar el canto de los pájaros todo el tiempo! A pesar de estar media muerta antes de completar los primeros 5 kilómetros, decidí continuar y aguantarme como las machas.
Hicimos una parada para comer en un restaurante tradicional justo a la mitad del camino. Con el estómago lleno y pilas recargadas, seguimos nuestro camino de regreso. Finalmente llegamos el hotel casi a las 5 de la tarde, después de tomar unos helados para premiar nuestra hazaña! Mi marido se quedó con las ganas de hacer otro tour, pero yo no sentía ni las piernas ni el coxis y lo único que quería era descansar!
* Bispingen. El lunes podríamos haber hecho otro tour por el bosque si hubiéramos tenido buen clima. Pero con la lluvia tuvimos que buscar un plan B y decidimos visitar la ciudad de Bispingen que quedaba en nuestro camino de regreso a casa. Conocimos la casa loca, que como pueden ver en la foto es una casa construída al revés. Por dentro todo esta de cabeza, muebles, accesorios de cocina, sanitario, etc.
* Nordheide o Lüneburger Heide. Poco a poco empezó a dejar de llover y decidimos parar en medio del otro parque natural de la región: el del norte. Recorrimos un poco a pie y encontramos un lugar perfecto para hacer un picnic. Comimos, bebimos y disfrutamos del paisaje. Como si Dios nos estuviera viendo, poco a poco empezó a colarse el sol entre las nubes y el cielo se despejó. Observar el brillo en los árboles que aún contenían gotas de lluvia entre sus hojas fue espectacular!
Encontramos una especie de «museo» en medio del bosque, donde se puede leer mucha información sobre la flora y fauna de la región. Tenían hormigueros y colmenas para observar cómo trabajan, tableros con fotografías y mapas, además de bancas y un lugar especial para hacer una fogata. No es la primera vez que me encuentro un lugar así en medio de la nada y no dejo de sorprenderme de que existan este tipo de lugares sin guardia ni personal a la vista, estén en perfectas condiciones y limpios, y sean gratuitos. Los niños pueden informarse, aprender, experimentar, sentir y jugar en medio de la naturaleza, al igual que los adultos 😉
Finalmente seguimos nuestro camino a casa y llegamos sin contratiempos, eso sí, acompañados de la lluvia la mayor parte del tiempo. Fue un fin de semana maravilloso, y espero pronto tengan la oportunidad de conocer este rincón de Alemania: verde, lleno de vida, tranquilo y perfecto para unas mini-vacaciones con o sin niños. Definitivamente este país tiene mucho que ofrecer al turismo, y estando tan cerca hay que seguir descubriendo sus rincones.
En mi página de Facebook pueden ver una galería de fotos con los paisajes de la región.