El otro México
Desde hace un par de semanas traigo este tema en la cabeza y he querido escribir al respecto. Pero hay días en que lo pienso un poco y digo, para qué escribir otra vez de política, de la situación en México, de cosas que no van a cambiar y que parecen no importar a nadie. Ya había desechado la idea, pero cuando vi la televisión ayer por la noche (sobre la marcha en contra del terrorismo en Paris) cambié de opinión nuevamente y aquí estoy, escribiendo sobre mi reciente visita a México.
Estuve poco más de tres semanas en mi tierra natal, en mi querido Monterrey donde pasamos unas lindas vacaciones, visitamos a la familia, celebramos la Navidad y turisteamos un poco. Debo confesar que unas semanas antes del viaje se me iba el sueño pensando en la inseguridad, en la situación política en Guerrero y si realmente sería buena idea viajar como estaba planeado. A más de una persona le dije «sólo porque ya tengo los boletos en la mano, de lo contrario no volaría en estos días a México».
Y sí, si volamos… estuvimos en lo que yo llamo el «otro México». Ese que parece estar del otro lado del mundo, donde Guerrero y sus normalistas desaparecidos no son tema, donde la gente ya no quiere ver noticieros ni periódicos, donde todos se han acostumbrado a «cuidarse» y no salir de noche, donde parece que la vida sigue igual que antes, pero no!
Yo iba de vacaciones, así que me desconecté hasta del Facebook. Nunca prendí la televisión para ver noticieros, ni compré ningún periódico local. Evité el tema de la inseguridad y corrupción del país para no agüitar los pocos momentos con amigos y familiares, y tomé las precauciones que se me indicaron a la hora de conducir y salir de casa. Una posición cómoda? Sí, bastante cómoda que me hizo sentirme bien en «ese otro México» y no tener miedo de más.
Eso mismo hacen muchos otros mexicanos, con la pequeña diferencia de que ellos viven ahí y no están de vacaciones como yo. Han optado por la indiferencia para no detener su vida llena de eventos sociales, compras y deudas, han adoptado la bandera de la apatía para que no los tachen de revoltosos ni locos, han intentado pretender que la vida en «su México» no se ha afectado por los recientes hechos.
Dura crítica? Y qué derecho tengo yo de criticar si ya no vivo ahí? Pues talvez ninguno. Incluso he llegado a pensar que de vivir en Monterrey, haría como todos los demás. Es lo normal, no? Acaso andaría en marchas y protestas? Haría cartas al gobernador para criticar su corrupción? Lo dudo.
Y aquí es donde viene a colación la libertad de expresión y lo que vi en televisión ayer. Los medios no se ponen de acuerdo en que si fueron 1 o 3 millones de personas en Paris, protestando contra el terrorismo. Tomando el número más conservador, digamos que 1 millón de personas se congregó en las calles de París para protestar contra el lamentable hecho del pasado jueves 7 de enero.
Las oficinas de una revista satírica fue atacada el jueves 7 de enero y murieron 12 personas. En tiroteos al día siguiente murieron otras 7 personas, entre los cuales estaban los que atacaron pero tambien había otros inocentes. En total 21 personas en menos de 48 horas.
Y se movilizan mandatarios, embajadores y millones de personas en Paris y el mundo entero? No habían pasado dos horas del atentado, cuando las redes sociales estaban invadidas con la leyenda «Yo soy Charlie». Es qué acaso el mundo entero conocía esa revista? y sobretodo, comulgaba con sus caricaturas? Por supuesto que no! Pero la gente se lanzó a las calles a protestar contra el terrorismo en general, en contra del ataque a la libertad de expresión, en contra de los fanáticos que dicen defender una religión particular.
Exagerado? Bastante, diría yo. Pero la llamada «marcha de la unidad» ha mostrado al mundo que la mayoría de la gente está unida, vi en la televisión a judíos, musulmanes y cristianos marchando bajo un mismo lema. Niños y adultos, hombres y mujeres, gobernantes y gobernados, de todo!
Y en México? Cuándo lanzaremos un «Yo soy el #43» o #44 o el número que sea? Javier Sicilia lo intentó hace unos años con el «Ya basta» o «Estoy hasta la madre», que realmente le quedaba mínimo a la mitad de la población mexicana. Pero quién lo siguió? Unos cuantos… Recientemente con los normalistas desaparecidos ha habido un par de marchas pero no llegan a mover a la gran mayoría. Porqué? Qué falta? Qué los diferencía de los europeos?
No tengo la respuesta a tantas interrogantes. Pero no dejo de comparar y pensar «hasta cuándo?». Si no protestan por la inseguridad, que mínimo lo hicieran por la corrupción que esta ahogando a todo el país y que tarde o temprano afectará aún a esos que viven en el «otro México». Si no protestan por los pobres desaparecidos, que mínimo lo hicieran en contra del narcotráfico que tiene al país atado de pies y manos. Si no protestan por los periodistas asesinados a diario, que mínimo lo hicieran por la libertad de expresión en TODOS los medios del país.
Ayer en la tele entrevistaban a un judío en París que decía que la marcha no servía de nada. Que debía haber sido antes, porque ya desde hace tiempo pasan cosas malas en Francia. Y muchos critican las consecuencias de la «marcha de la unidad», servirá de algo? Talvez no detenga actos terroristas, pero si ha dejado claro que la gente no se encerrará en sus casas y que unida puede atraer la atención de medios, mandatarios y líderes.
Yo no soy Charlie, y no salí ayer a las calles a solidarizarme con los asesinados. (Lo siento) Yo soy mexicana, y sí me seguiré solidarizando con todos los mexicanos que viven en los dos Méxicos, ese de la injusticia, la inseguridad y la corrupción y el otro del «aquí no pasa nada». Seguiré alzando mi voz desde lejos, y seguiré participando en marchas y protestas. No dejaré que la indiferencia y la apatía ganen mientras sigo viendo como se hunde mi país sin mover un dedo. #YosoyMéxico.