Primera comunión bicultural
Mi marido y yo hemos formado una familia bicultural, donde nuestras hijas aprenden dos idiomas en casa: el español y el alemán. Además, seguimos costumbres tanto mexicanas como alemanas en nuestro diario vivir. Al igual que yo, mis hijas gozan de la doble nacionalidad y son tan alemanas como mexicanas. Yo sigo siendo más mexicana, pero los papeles me hacen alemana o mexicana en diferentes situaciones o lugares 🙂
Desde nuestro noviazgo bicultural, empezamos a planear una boda a la «mexicana» y decidimos casarnos por la iglesia católica, a pesar de que mi marido no practica ninguna religión. En ese mismo momento, se pactó que en caso de tener hijos serían bautizados también en la religión católica.
Así que desde que nació nuestra primera hija, tomamos la decisión de seguir hablando en nuestro idioma materno, cosa que a algunas personas no les pareció apropiado pero después de casi 10 años, seguimos igual y ha quedado demostrado que nuestra práctica tiene mas ventajas que desventajas. Y por otra parte, empezamos a planear su bautizo en Alemania.
Los abuelos maternos fueron los padrinos aprovechando que estaban aquí de vacaciones y se hizo una pequeña fiesta con amigos latinos y la familia alemana. En el caso de nuestra hija menor, el bautizo se realizó en Monterrey, aprovechando que ahora nosotros estábamos de vacaciones allá y los padrinos fueron mi hermano menor y su esposa. La fiesta fue meramente mexicana.
Y así cada celebración importante de nuestras hijas han sido acompañadas de tintes latinos y alemanes. Los cumpleaños se festejan con piñata, en la fiesta de inicio de la escuela primaria («Einschulung») hubo invitados latinos y tampoco faltó la piñata, y ahora toca el turno a la primera comunión, que por cuestiones prácticas celebrarán juntas.
Obviamente no sólo los cumpleaños siguen tradiciones mexicanas, sino también la Navidad con tamales, villancicos y nacimientos, la Pascua con la abstinencia de carne y participación en las actividades religiosas como el Viacrucis, el 16 de Septiembre con alguna fiesta mexicana, día de las madres el 10 de mayo y el domingo que corresponde en Alemania, en los mundiales u Olimpiadas celebramos cada logro de México o Alemania y nos ponemos ambas camisetas! Y así en cada oportunidad que tenemos, nuestras hijas aprenden las costumbres y tradiciones de sus dos patrias.
Así que aunque la primera comunión la hicieron en Alemania, no dejé pasar la oportunidad de aportar algunos detalles para hacerla también un poco «mexicana». Para empezar, los abuelos maternos volaron de México para estar en tan importante celebración y como el resto de la familia mexicana no pudo asistir, invité a mis mejores amigas latinas que son como mis hermanas para reemplazarlos 🙂 Habrá mexicanas, una colombiana, una venezolana y una hondureña, todas con sus respectivos maridos alemanes e hij@s 🙂
Por cuestiones prácticas, los vestidos no se trajeron de México pero fueron como los de allá, es decir largos, con crinolina y de fiesta! No llevarán guantes ni velo, ni bolso ni corona. Simplemente un arreglo sencillo en el pelo, pero que también fueron traídos desde México.
La ceremonia religiosa fue en la iglesia católica de nuestra ciudad y como eran más de 40 niños, se hicieron dos misas. A nuestras hijas les tocó en la primera a las 9:30 de la mañana, junto con otros 18 niños y niñas. En la ceremonia muchos de los niños leyeron en las peticiones, agradecimientos, saludo de bienvenida, etc. Igualmente nos pidieron a algunos de los catequistas leer en algunas otras partes de la misa. A mí me asignaron la última petición y copiando a mis colegas polacas de la segunda misa, pregunté si podía leerla también en español a lo cual me contestaron que sí. Me puse muy nerviosa, pero fue un momento muy especial el poder leer en mi idioma materno aunque fuera un poquito.
Después de la misa, organizamos una fiesta en un salón de la ciudad que incluiría comida y merienda. En total, fuimos casi 50 personas incluyendo 20 niños. Era importante que fuera una fiesta de niños, así que les asigné un salón aparte para que pudieran jugar, bailar y sentirse agusto. En otra parte sentamos a los familiares y amigos.
Llevamos música para ambientar la fiesta y las niñas bailaron bastante. Después de comer, salieron a un lago enfrente del restaurante donde se dieron gusto corriendo y explorando entre los árboles. Para la merienda, servimos pasteles de diferentes sabores y colores y las niñas volvieron a la pista hasta que las recogieron.
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Salón de los niños |
Pusé mucha atención en la decoración del salón y saqué muchas ideas de internet. No me gustan las flores en fiestas infantiles, así que opté por globos y como pueden leer en la entrada anterior, unas amigas me ayudaron una noche anterior a inflar 300 globos blancos y morados para decorar todo el local. Centros de mesa, adornos en las paredes y caminos de mesa le dieron un toque especial al evento. Creo que en Alemania no es común ver este tipo de decoración porque hasta la dueña del restaurante tomaba fotos 🙂
En Alemania, la costumbre indica mandar tarjetas de agradecimiento a los invitados unos días después. Pero siguiendo la costumbre mexicana, opté por dar detalles de agradecimiento a cada invitado al irse.
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Detalles de agradecimiento |
La fiesta fue un éxito, la comida deliciosa, el ambiente ameno y el clima agradable. Tanto adultos como niños se divirtieron y la pasaron muy bien. En nuestro caso particular, las niñas gozaron de cada detalle y cada momento, y yo? pues quedé agotada pero feliz! El tiempo se pasó muy rápido y ahora sólo quedan los recuerdos y las fotos para revivir tan lindos momentos.
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Albums en español |
Gracias a todos los invitados que hicieron de este día un día inolvidable. Gracias a mis papás por haber venido de Monterrey para compartir con sus nietas este momento tan importante en su vida. Y gracias a Dios por habernos mandado un poco de sol, por poder coincidir con amigos y familiares, y darme la oportunidad de vivir una fiesta tan multi-culti!