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Anna y Elsa |
Cada una sigue con su personalidad y su carácter muy particulares. La mayor un poco introvertida y sentimental, la menor más abierta y divertida. Sólo se llevan un año en la escuela y comparten algunas amigas, pero raras veces juegan con las mismas amiguitas fuera de la escuela.
Por las tardes toman clases por separado. La menor, va a clases de música, y las dos asisten a clases de ballet pero en grupos separados. Y este año siguen con la preparación de primera comunión, que a pesar de haber insistido en que estuvieran en grupos diferentes, ellas finalmente decidieron quedarse en el mismo. Al menos yo no soy su catequista. Y finalmente comparten el grupo de «niños exploradores (Scouts)» al que siempre asisten juntas.
Simplemente son inseparables. Y justo hoy por la mañana, me decía la pequeña que ella conocía mejor a su hermana que yo. Y le pregunté porqué decía eso y me contestó que ellas van a la escuela juntas y están en el recreo juntas, lo cual obviamente yo no comparto con ellas. Y talvez tenga razón! Son y serán cómplices, y ni yo como madre podré intervenir en esta relación tan especial que las une más allá de la sangre.
Dios me las proteja siempre y las siga llenando de bendiciones. Y espero ese amor nunca se vea alterado ni por el cambio de escuelas, ni por la adolescencia, ni por sus mejores amigas ni por la distancia, si es que les toca vivir en diferentes países en un futuro. Doy gracias a Dios por haberme mandado estas dos princesas que no podían haberse complementado mejor.
Y ya les iré contando sus aventuras por la vida. Justo el próximo mes conocerán lo que es viajar en barco y sin sus papás. Los abuelos las han invitado a un crucero para conocer Noruega y ya cuentan los días para iniciar esta nueva aventura. Veremos que tal se portan y que cuentan a su regreso 🙂
Gracias por tus comentarios.