Decía mi bisabuela que ser pobre no significaba ser sucio, y que hasta los calzones había que traer limpios por si algûn día te accidentabas en la calle. Y en parte creo que este dicho se respeta y el mexicano es generalmente aseado y limpio en su persona. Aún en mis tiempos de misionera, recuerdo a los niños llegar al catecismo bien bañaditos y peinados.
Y no me refiero al material con el que están hechas porque es lógico que no tengan suficiente para pagar mucho material o de buena calidad, pero no hay excusa para ver montañas de basura en los patios o calles. Y es basura de todo tipo, desde pañales, lámparas, ramas con todo y cocos secos, latas, muebles desbaratados y empaques de cualquier cosa.
Otra cosa que les llamó mucho la atención a mis hijas fue la cantidad de perros callejeros que nos encontrábamos en los pueblos, playas e incluso en Chichen Itza! Al pasar por pueblitos lo que saltaba a la vista eran los perros, de todos colores y tamaños que incluso se encontraban acostados en la calle principal y ni se inmutaban al ver un carro cerca… lentamente se quitaban del camino y al pasar el carro, volvían a su lugar. A las niñas les gustan mucho los animales y al verlos sueltos, querían acariciarlos sin saber que esos perros no tienen dueño y que viven en las calles perdidos y sin atención.
No sé como hagan en Alemania para evitar la proliferación de perros callejeros, pero parece que funciona porque aquí es difícil encontrar un animal doméstico en la calle sin collar o identificación.
![]() |
Perros en el centro |
En México me dio mucha pena ver este escenario en repetidas ocasiones… Ojalá la gente aprendiera a mantener su ambiente limpio y libre de tanta basura, pero al ver todos esos niños comiendo las presentaciones individuales de Sabritas o Gamesa y tirando los papeles por donde van, tengo pocas esperanzas de que esta situación mejore.
Gracias por tus comentarios.