Una mala racha
Hace casi 11 años que dije el día de mi boda algo así como «Yo N te acepto a tí, T… como esposa y me entrego a ti y prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida.» Y como en los cuentos, nunca había puesto en práctica aquello de «en la enfermedad», pues mi marido es un hombre fuerte y sano que no se enferma ni le gusta visitar médicos.
Pero como todo en la vida, siempre hay una «primera vez» y ahora me ha tocado tener un marido en casa por enfermedad. Ya había escrito antes que al llegar de México hace casi tres semanas, me topé con la sorpresa de que Tom estaba en el hospital. Resultó ser influenza y después de 5 días, regresó a casa para terminar de recuperarse. Gracias a Dios la infección cedió y las fiebres y otros síntomas de la influenza desaparecieron, pero el problema de dolor en la pierna derecha sigue. Ha ido dos veces a análisis de sangre y esta semana ha visitado al urólogo sin éxito. Nadie sabe a qué se debe el dolor que después de caminar un rato, o de hacer algún esfuerzo es tan fuerte que casi le impide caminar. Mañana tiene cita con un ortopeda y espero le den un diagnóstico preciso y sobretodo un tratamiento para eliminar el problema por completo.
A mi marido si le había tocado apoyarme y consentirme en diversas ocasiones en las que he estado enferma u hospitalizada. No es nada divertido y es un hecho que lo más sagrado en toda familia es la salud de cada uno de sus integrantes. Espero pronto ver a Tom como antes, que vuelva al trabajo y a su rutina normal. Dios quiera que sea sólo algo menor y sobretodo, que pronto sea curado.
En todo matrimonio o familia, siempre hay momentos de prosperidad y otros de adversidad… ya sea por enfermedad, crisis económicas, descomposturas, problemas de los hijos en la escuela o diferencias con la familia política siempre hay lo que se llaman «tiempos difíciles». Y casi siempre todos son pasajeros, así que luego vuelven los «tiempos normales» o incluso con suerte «tiempos maravillosos» de bonanza económica, menciones honoríficas, llegada de nuevos miembros a la familia, ascensos o simplemente golpes de suerte!
En nuestro caso muy particular los tiempos difíciles han sido mínimos y justo ahora con los problemas de salud de mi esposo, parece que estamos pasando una mala racha! Todo empezó con problemas con uno de los autos que justo había recibido una compostura mayor el año pasado. No era tan grave porque tenemos un segundo coche y mi marido se las arreglaba con el transporte público. Pero justo cuando llegué de México, ese segundo coche resultó con ruidos curiosos que no tuvieron mas remedio que ser investigados por un mecánico. Un amortiguador roto! Mmmm, justo a 6 meses de haberlo comprado y justo algo que no era cubierto por la garantía. Para el que no es experto en la materia como yo, tiene que saber que los amortiguadores se cambian en pares, así que nos tocó pagar el cambio de los amortiguadores delanteros.
Problemas de este tipo los tiene cualquiera, y no sería tan grave si no fuera que mi marido ha sido reajustado de su empleo hace apenas unas semanas. La noticia nos tomó por sorpresa pero por un lado lo tomamos como algo positivo. Mi marido vive durante la semana en la ciudad donde trabaja y viene a casa un día entresemana y los fines de semana. Algo que debía ser temporal cumplió ya casi 7 años y aunque no era la situación ideal, nos habíamos acostumbrado a ella. Hace algunos años evaluamos mudarnos cerca de su trabajo, pero no valía la pena económicamente hablando. Ahora toca esperar a que mi marido encuentre un trabajo más cerca que cumpla con sus expectativas y nuestras necesidades.
Gracias a Dios en Alemania existe el seguro de desempleo que aunque no es el 100% de su ingreso actual, es una gran ayuda en situaciones como ésta y nos tranquiliza mientras encuentra trabajo. Dios quiera que sea pronto!
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No te preocupes. Dios nunca es ciego a tus lágrimas, ni sordo a tus plegarias, ni inmune a tu dolor. El ve, él escucha y el te dará. |
Y como dice el dicho «Dios aprieta, pero no ahorca», espero nuestra mala racha termine cuanto antes y que no se acumulen otros inconvenientes. Las vacaciones en verano a México siguen en pie y confío en que las cosas tomen un mejor color en estos meses primaverales. Soy de las que siempre dice que «las cosas pasan por algo», y pues confío en Dios en que algo positivo salga del cambio de trabajo de mi marido. Mas tiempo con la familia, más contacto social y menos estrés de ir y venir le caerían de perlas!