Seguro que la mayoría conoce la canción «La de la mochila azul» de Pedrito Fernández… y pues ahora me la copio yo porque soy la de la mochila pero roja 🙂 Y no porque sea una estudiante, sino porque soy una profesora y a todas mis clases cargo con mi gran mochila colorada con libros, libretas y mi caja de sorpresas.
Empecé hace algunos años con clases de español privadas a conocidos y vecinos. Fue justo cuando nació Catalina (2006) cuando casualmente una vecina jovencita que necesitaba español para un exámen de admisión en la universidad, me preguntó si podía ayudarla. Recuerdo que no le cobré nada porque era mi primera vez y la tomé como conejilla de indias para ver cómo le podía enseñar mi propio idioma materno que había aprendido desde pequeña pero que nunca había enseñado.
Me gustó y justo al poco tiempo por medio de la directora del jardín de niños, otra señora que sabía algo de español y tenía casa en Mallorca quiso tomar clases particulares conmigo. No sabía ni cuanto cobrarle, y después de averiguar un poco le dije que 10 euros. Todavía viene conmigo regularmente y le sigo cobrando lo mismo por derecho de antigüedad ya que he subido bastante de cuotas 🙂
Dos o tres años después, incursioné en las clases de español para niños que no resultaron como esperaba pero que me abrieron muchas otras puertas en el mundo laboral. Gracias a un par de artículos de periódico que salieron de esa aventura, recibí mas llamadas de clientes adultos y particulares.
Fue cuando me decidí a preguntar por una oportunidad de trabajo en la «universidad popular» (VHS) como profesora de español. Y se me dió! Empecé con cursos intensivos de español para el viaje, y luego me llamaron para sustituir a una profesora enferma y que tenía algunos cursos pendientes. Hoy en día, tengo 3 cursos regulares (de una hora y media por semana) además de seguir con el curso intensivo de español para el viaje (2 fines de semana) y otro más de cocina mexicana.
Los clientes particulares van y vienen… y como se acomodan a mi horario, vienen cuando tengo tiempo y aún y cuando estan las niñas en casa. He tenido de todos niveles y desde Septiembre, doy clases de español de negocios en una empresa para una de sus empleadas que tiene comunicación con sus clientes en España.
Y también en verano surgió otra nueva oportunidad de trabajo en el campus Stade de una universidad privada. Apenas comencé a dar clases hace un par de semanas a 18 universitarios de Administración de Negocios que necesitan aprender un 2do idioma extranjero como requisito. Es toda una nueva experiencia, porque además de ser otro grupo de edad, tengo mayor acceso a medios tecnológicos y mis clases incluyen internet, vídeos y presentaciones más profesionales. Estoy feliz! La idea es que en 5 semestres dominen el español en un nivel A2-B1 y espero quedarme para lograrlo!
Así que ahora prácticamente toda la semana cargo con mi mochila roja! Lunes y martes a la universidad privada, miércoles y jueves a la VHS y el viernes a la empresa donde doy clases particulares. Algunas veces llevo mi laptop y la que no puede faltar es mi caja de sorpresas donde cargo de todo: dados, pelota, marcadores, imanes, clips, tarjetas y muchas cositas más que me sacan de apuros a diario!
Quién lo iba a decir? que el español me abriría tantas puertas y me haría toda una profesora.. que conocería y amaría más mi idioma materno al enseñarlo… y que aunque no me da para vivir, sí me da para mantenerme ocupada y activa, haciendo lo que me gusta y divirtiéndome mucho!
Comentarios en: "Soy la de la mochila roja…" (2)
Naty, Muchisimas felicidades, un beso
Karla Alvarado
Me gustaMe gusta
[…] exactamente nueve años que escribí una entrada titulada “soy la de la mochila roja” y era para hacer referencia a una mochila roja que siempre cargaba a mis clases de español. […]
Me gustaMe gusta