El buen samaritano
Creo que todos conocen la parábola del buen samaritano, y para el que no lo conozca aquí un resumen: «Un hombre, mientras viajaba de Jerusalén hacia Jericó, fue asaltado, robado y abandonado medio muerto al lado del camino. Un sacerdote lo evita pasando por el otro lado de la acera. De modo similar, un levita lo ignora. Solamente un samaritano inmediatamente lo socorre y lo conduce a una posada cercana para que pudiera restablecerse completamente. Al dueño de la posada le da dos denarios por el servicio.» La parábola es narrada por Jesús a fin de ilustrar que la caridad y la misericordia son las virtudes que guiarán a los hombres a la piedad y la santidad. Enseña también que cumplir el espíritu de la ley, el amor, es mucho más importante que cumplir la letra de la ley. Y en esta parábola, Jesús amplía la definición de prójimo.
Hace unas semanas, la mamá de unas amiguitas de mis hijas me invitó, o mejor dicho preguntó si Victoria y Catalina querían participar en un musical que presentará la iglesia a la que asisten. Dado su experiencia en el musical de «San Martín» y que les gusta mucho cantar, dije que sí. Y desde hace varios domingos han ido a los ensayos y una de las presentaciones será el 19 de Junio.
Estan muy emocionadas y ya se saben todas las canciones que cantarán. Además de cantar y hacer los ademanes han aprendido la parábola y por supuesto su significado: Jesús no hace distinciones entre los hombres, todos son hermanos no importa nacionalidad, religión, ni ideas políticas. Porque Prójimo es sinónimo de próximo, cercano (según WIKI).
Y justamente en estos días conocí a una buena samaritana, y es por eso que escribo al respecto. Dí un curso de «Español para el viaje» en dos fines de semana y una de mis siete alumnos fue una chica de 19 años que se irá a Ecuador el próximo Agosto por un año.
A lo largo del curso, supe un poco más de la razón de su viaje y resulta que no se irá de intercambio, ni a estudiar español, sino de voluntaria! Estará un año en Riobamba, una ciudad de 120,000 habitantes entre Guayaquil y Quito. Dará clases de inglés en una escuela primaria y por las tardes organizará actividades para los niños.
Realmente me sorprendió su proyecto porque además de joven es muy guapita. Y dar un año de su vida en una aventura como esta no lo hace cualquiera. Los costos de su viaje son patrocinados, 75% por el BMZ (Bundesministerium für wirtschaftliche Zusammenarbeit und Entwicklung) y el otro 25% por una asociación llamada YAP «Acción Joven por la Paz» que maneja diversos proyectos como éste en todo el mundo.
Y pues todo este año Frida tiene que hacer actividades o simplemente pedir dinero para la asociación que la apoya y al final del curso nos dió información del proyecto y puso su alcancía para quien quisiera donar algo.
Fue una de esas veces en que el destino me puso dos situaciones ajenas entre sí pero unidas por un mensaje… en este caso «El buen samaritano». Por un lado mis hijas ensayando para un musical y por otro lado, una chica que realmente es una buena samaritana al ayudar al prójimo con un año de su servicio. Ojalá mis hijas tengan ese amor al prójimo y algún día participen en proyectos como Frida, mi alumnita de español.