Dado que este blog además de ser un medio de comunicación con mis seres queridos es un diario personal, quiero dejar por escrito cómo es una semana común y corriente en estos días. Poco a poco siento que tengo muchísimo que hacer, termino el día agotada y a las 10 de la noche me caigo de sueño. Pero no me quejo, estoy muy contenta con mis actividades y poco a poco vuelvo al mundo laboral, aunque sea de forma parcial.
Lunes– Día asignado a la lavadora y la secadora. Lavo todo lo de la semana anterior, guardo la ropa y hago limpieza general en la casa. Por la tarde llevo a las niñas a su clase de gimnasia, mientras que reviso las tareas de mis alumnos. Casi al anochecer, tomo mi clase de gimnasia, mientras las niñas me observan o pintan un poco.
Martes– Día asignado al supermercado. Surto para toda la semana y sólo si es necesario voy otro día a comprar algo urgente. Por ahora, doy una clase privada de español y la tarde está libre. Cada 2 o 3 semanas, vamos a la biblioteca de la ciudad.
Miércoles– El primero de mes toca el desayuno internacional y el tercer miércoles de mes, la reunión del círculo femenil de migración. Los otros dos miércoles voy a la gimnasia por la mañana. En la tarde, Victoria va a la reunión de niñas en el barrio a hacer manualidades. Es en un salon comunitario a media cuadra de la casa y Victoria va y regresa sola. Tan pronto Catalina cumpla 5 años, se unirá a la reunión. Mientras tanto, a partir de Abril, Catalina irá a clases de canto y teclado en la escuela de música. Por la noche, doy clase de español en la Universidad Popular (VHS).
Jueves– Por la mañana doy clase de español en la Universidad Popular y por la tarde, Victoria tiene ballet.
Viernes– Día asignado a las clases privadas. De momento tengo de 2 a 3 por la mañana, y 1 o 2 por la tarde. Son en la casa y las niñas van a casa de alguna amiguita por la tarde o juegan mientras yo doy mi clase.
Sábado y Domingo– Actividades sociales, paseos en familia y salidas a comer, de compras, al bosque o a nadar. Cada 3 meses, acostumbramos pasar el fin de semana con mis suegros o ellos vienen a casa.
Uff!!! Qué semanita! Entre toda esa serie de actividades fijas, debo encontrar tiempo para leer, escribir en este blog, hablar por teléfono con mis papás, practicar un poco de zumba, hacer manualidades con mis hijas, cocinar, preparar mis clases y por supuesto, descansar!
Estoy feliz! Ya lo había escrito antes, esto de la docencia me encanta y poco a poco las clases de español ocupan mas horas en mi semana, ingresan unos cuantos euros a nuestra alcancía y me hacen feliz! Combinar la vida laboral con ser ama de casa y mamá no es sencillo. Admiro a aquellas que pueden trabajar tiempo completo y atender a sus hijos y casa.
Hasta ahora, todo se va combinando de maravilla y me voy adaptando mucho mejor a mi vida en Alemania 🙂
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