Mi niña grande!
Es increíble cómo pasa el tiempo! Rápido rápido que a veces me asusto y pienso que me estoy perdiendo o no estoy disfrutando todos los momentos como debe ser!
Pero más increíble es cómo nunca dejan de pasar cosas en la vida de nuestros hijos… aún recuerdo como si fuera ayer el primer paso, el primer acúuu, el primer aplauso, el primer intento por gatear y sobretodo el primer diente! Claro que no me acuerdo de las fechas exactas, y para eso escribo todo y mantengo este blog… pero lo que nunca podré olvidar es la emoción que sentí en cada uno de esos momentos y muy especialmente lo feliz que me puse cuando salió el filo del primer diente de Victoria!
Es algo especial! Marca una diferencia y una etapa nueva comienza! Porque ya pueden comer con mayor facilidad galletas o pan que es de las primeras cosas que traen en la mano y solitos pueden morder. Ufff! Pero de eso ya casi 6 años!
Desde hace meses que Victoria presume que tiene dientes flojos… y en el jardín de niños parece competencia y todos dicen que tienen 5 o 6 dientes flojos a la vez. Algunos niños dirán la verdad, otros como Victoria se ilusionan al dizque mover sus dientes con los dedos.
Pero en Diciembre pasado, yo misma sentí su primer diente flojo, el incisivo central izquierdo de abajo, justamente el primero que le salió!
El fin de semana casi pasaba la lengua entre los dientes y se quejaba al morder. Además, cada rato decía que ya quería que se le cayera. Supongo que más por la ilusión del hadita (aquí no hay ratón de los dientes) que por la molestia que causa traer un diente tan flojo. Así que hoy al mediodía que llegó del kinder le dije que seguro se le caía en los siguientes 3 días y le tomé algunas fotos. A la hora de la merienda, ya no quiso sus típicas galletas «príncipe» porque le dolía al morder, así que le ofrecí arroz con leche. Dijo que sí y empezó a comer, junto con Catalina.
De pronto, se sacó de la boca lo que yo creí que eran dos arroces y molesta le dije que no hiciera mugreros… que era sólo arroz y que se lo comiera todo. En eso se soltó a llorar como una Magdalena y me señalaba el «supuesto» arroz duro! Era su diente!!!
Lloró y lloró! De nervios, de emoción, qué se yo. No le salió sangre ni le dolió. Y yo no me cansaba de abrazarla y tratar de tranquilizarla. Finalmente dejó de llorar, y aún con las manos temblorosas le comunicó la gran noticia a su papá por teléfono! Estoy super emocionada con mi niña grande! Mi niña chimuela! Mi princesa sin diente!
Supongo que como todo en la vida, sólo el primer diente que se cae causa tanta emoción y tanta celebración! De ahora en adelante se le caerán todos los demás, le saldrán sus dientes definitivos y a confiar en que le salgan derechos para que no use frenos como su madre. Ya les iré contando!