Oh Blanca Navidad!!!
y así fue, tuvimos nuestra primera blanca Navidad en Alemania! Desde hace semanas que empezó a nevar y gracias a las bajas temperaturas, la nieve no ha podido derretirse sino por el contrario, cada 3 o 4 días ha caído nieve nueva que ha incrementado las montañas blancas a las orillas de las calles, en los jardines y ha quebrado muchísimos árboles en los bosques.
El paisaje esta de postal, los pinos y las casas decoradas con copos de nieve, estalactitas en los tejados y cuando sale el sol, la nieve brillante en el suelo es simplemente un panorama digno de fotografiar y guardar en la memoria. Me encanta!
Lo único malo de tanta nieve es salir en carretera, viajar en tren o avión y quitarla de las entradas o los autos. Y ese fue el único inconviente esta Navidad! Tuvimos que viajar en carreteras resbaladizas, llenas de nieve y a vuelta de rueda para evitar accidentes. Mis suegros viven a 3 horas de casa, pero bajo esas condiciones hicimos casi el doble! Gracias a Dios llegamos bien y aunque no llegamos para la comida del 24, nos recibieron a la hora del café con pasteles deliciosos!
A diferencia de México, aquí los niños reciben los regalos de Santa el día 24 a media tarde, justo cuando empieza a anochecer. Normalmente llega Santa Clos en persona, pero a casa de mis suegros no alcanzó a llegar, seguro que por los problemas antes mencionados en las calles y carreteras, así que sólo dejo su costal en un trineo afuera de la casa.
Victoria asegura haberlo visto por la ventana, yo no tuve tanta suerte! Las niñas abrieron sus regalos y como siempre, esos momentos fueron los más importantes de toda la Navidad. Ver sus caras de alegría y emoción no tiene precio! Recibieron gran parte de lo que pidieron, así que quedaron satisfechas con Santa Clos, Papá Noel y el niño Jesús!
Después del caos y la histeria de abrir tantos regalos, nos dispusimos a cenar. Más temprano que de costumbre, porque mis cuñados tenían que viajar de regreso a su casa y no querían que se hiciera muy tarde. El menú de la noche incluyó chuletas ahumadas, gratín de papas y ensalada. Cabe mencionar, que aquí la comida más importante es la del día 25 al mediodía así que la cena no fué tan espectacular, pero sí deliciosa! Después de cenar y despedir a mis cuñados, nos pusimos a jugar un rato en familia.
El 25 de Diciembre por la mañana fuimos al servicio religioso en la iglesia evangélica que esta a un par de cuadras de casa de mis suegros. Fue un servicio sencillo con muchos cantos y salmos. Las niñas fueron llamadas al frente para encender unas velas por los difuntos y al salir recibieron las veladoras de regalo. Fué interesante recordar el significado de tanta fiesta en una iglesia no católica, pero no cabe duda que los cristianos tenemos mucho en común y no importó el edificio ni el pastor para sentirme cerca de Dios y recibir al niño Jesús en mi corazón.
La comida de ese día consistió en filetes de conejo, col roja y bolas de papas. Es un menú muy tradicional en estas fechas, y que me encanta! Sobretodo la col roja que le queda de rechupete a mi suegra! De postre comimos frambuesas con crema. Delicioso! Después de la comida, las niñas disfrutaron del trineo en un monte cercano donde se deslizan de maravilla! Siguió la hora del café con pasteles y galletas y para terminar el día, otra vez a comer!
El menú de la cena fue sencillo pero delicioso: pastel de salmón con queso crema, pan tostado con jamón y piña gratinado y ensalada. No tendremos tamales ni bacalao, pero quedamos igual de satisfechos al final del día! Y eso que el 26 también es feriado en Alemania, así que la comedera no terminó ahí!
El 26 temprano partimos a casa de mi suegro Martin después de desayunar. También tardamos más de lo acostumbrado porque había hielo sobre la carretera y Tom tenía que manejar muy despacio para evitar patinar o derrapar. Llegamos justo a mediodía, y después de abrir los regalos que Santa Clos dejó allí para las niñas, nos sentamos a la mesa a comer! Otra vez! El menú consistió en arroz, papas cocidas y un estofado de carnes (salchicha, albóndigas, pollo, cerdo) con alcaparras y champiñones. Muy rico!
Por la tarde, el abuelo se llevó a las nietas en el trineo y decidimos regresar a casa después de la merienda. Llegamos bien, pero muy cansados! Gracias a Dios las niñas durmieron gran parte del camino y no se percataron de las horas que pasaron muy lentas al viajar de noche, bajo la nieve y con hielo en las calles.
Así pasamos nuestra primera blanca Navidad! Aunque pareciera normal, ya eran muchos años que los alemanes no tenían una blanca Navidad, al menos aqui en el Norte de país. Así que disfrutamos mucho el paisaje, tuvimos suerte en las carreteras y pudimos celebrar con la familia de Tom como habíamos planeado. Veremos cuándo nos vuelve a tocar otra blanca Navidad, que de seguro la pasaremos aquí, con el mismo programa, el mismo peregrinar y seguramente con menús muy similares, pero la nieve… esa nunca es segura!
Espero ustedes hayan disfrutado mucho esta Navidad, blanca o no, pero seguramente llena de regalos, comida, convivencia familiar y celebraciones religiosas! Que estos últimos días del año estén llenos de bendiciones y se preparen para un nuevo año, lleno de metas, própositos y retos! Nosotros estamos haciendo nuestras maletas para volar a California donde pasaremos unos días con mis papás y hermanos! A nuestro regreso les contaré nuestras aventuras por allá y mis propósitos para el 2011!