Apenas hace unos días que llegamos a casa, después de unas largas vacaciones en Monterrey, mi ciudad natal.
Del 26 al 29 de diciembre, Tom y yo nos fuimos a San Antonio, Texas donde además de hacer nuestras compras de costumbre, pasamos unos días de descanso sin las niñas que se habían quedado con mis papás. Había muchísima gente, pero encontramos todo lo que andabamos buscando. El hotel no era de 5 estrellas, pero descansamos y agarramos pilas para los días que seguían. Conocimos nuevos restaurantes y comimos mucho, claro… para seguir con la dieta post-navideña!!!
El año nuevo la pasamos en casa de mi hermano menor, donde prepararon una rica cena con carne asada, quesadillas, nopales y botanas! Mis hermanos y Tom tronaron cohetes a morir y comimos las tradicionales uvas para brindar por el año nuevo.El 2010 empezó muy bien y como ya es costumbre, celebramos el cumpleaños de Victoria en Monterrey. Esta vez en casa de mis papás, donde rompimos piñata, comimos pastel y la princesa recibió muchos regalos. Ya cumplió 5 años y solo le queda 1 por celebrar en México. Después, le tocará a Catalina celebrar el suyo cuando visitemos México en verano.
Volamos el 10 de enero de regreso y Alemania nos recibió con mucho frío y montones de nieve por donde quiera. Creo que nunca había visto tanta nieve en mi casa, y por lo que he oído hacía muchos años que no había un invierno tan frío. Ya me tocaba!
Después de desempacar las 6 maletas que trajimos, tener el coche en el taller por un par de días porque se murió justo despues de que llegaramos, y de celebrar el cumpleaños de Victoria con sus amiguitas alemanas, vuelvo a la paz… a mi rutina… a mi vida normal.
Fueron casi 4 semanas de vacaciones, y aunque se pasa rápido, creo que en esta ocasión disfruté cada día muchísimo y por lo mismo, me parecieron muy largas y placenteras. Como siempre, faltaron amigos de saludar, restaurantes que visitar, y cosas que hacer, pero de todas formas regresé feliz de todo lo que conocimos e hicimos en tan corto tiempo.
Pero el título de esta entrada no solo se refiere a mi paz o tranquilidad al volver a casa, sino literalmente porque vuelvo a un lugar pacífico y seguro. Con gran tristeza, tengo que aceptar que Monterrey al igual que el resto del país es zona de guerra. Una guerra no oficial y obviamente no aceptada por sus políticos, pero mas que declarada entre carteles del narcotráfico y grupos de delincuentes. Triste… muy triste!
El año anterior, ya había escuchado y leído mucho… las extorsiones se volvían cotidianas: aún a pequeños y medianos negocios, los robos y secuestros eran cosa de todos los días, la gente empezaba a tener miedo y poco a poco, cambiaba su rutina para sentirse más seguros. Pero ahora? La situación se ha salido de control y ha llegado a límites jamás imaginados. Monterrey era una ciudad segura, claro con los delitos y problemas de una ciudad grande, pero ahora ya no hay diferencia entre las ciudades fronterizas, el Distrito Federal o Monterrey. En todas partes se lee acerca de casos de «levantones», de balaceras, de asesinatos… ya es común que te roben el coche con pistola en mano, no importa si estas saliendo de tu casa, si estas recogiendo a tus hijos de la escuela o si estas en un alto en una calle transitada. Simplemente llegan, te piden las llaves y como si nada se llevan tu carro enfrente de tus narices. Y la autoridad? Mmmm… el delito se denuncia por cuestiones del seguro, para recuperar al menos el valor del coche, pero es casi seguro que no lo encontrarán y menos aún, que encuentren al delincuente que se lo robó!
En esta ocasión, mas de una persona me dijo «que bueno que no vives aquí». No lo puedo creer!!! las manos me tiemblan al escribir estas líneas y me cuesta trabajo imaginar cómo pueden vivir con ese miedo a diario. Yo no sueño con volver a México, pues mi vida ya esta hecha aquí… pero de todas formas amo a mi país y quisiera volver aunque sea de vacaciones con la tranquilidad de siempre. Cómo es posible que una minoría se salga con la suya y le robe la «paz» a millones de personas? Gracias a Dios ya no vivo allá, pues creo que no podría soportar tener miedo continuamente… que si las niñas son secuestradas al salir de la escuela, que si me robarán el carro mientras estoy en misa, que si le pedirán dinero a mi esposo por tener un negocio, que si me asaltan al salir del supermercado, que si entran a mi casa a robar lo que con mucho trabajo hemos podido comprar, que si me atravieso al ocurrir una balacera, que si estoy en un restaurante mientras llega un grupo armado a llevarse a alguien, que si me llaman por teléfono para asustarme… suena exagerado? ojalá fuera solo exageración y no la realidad de tantas personas que conozco y que ya tienen miedo incluso de contestar el teléfono, abrir la puerta de su casa o salir de noche.
Rezo para que pronto llegue la paz a México entero, que se encuentren soluciones a tantos problemas que le aquejan, que la autoridad cumpla con su deber, que la gente viva sin miedo, que el narcotráfico no reine en este país tan maravilloso y que la desgracia no llegue a casa de amigos y familiares. Rezo y ruego a Dios, a la Virgen María y a todos los Santos para que así sea. Desgraciadamente no puedo hacer más. Sólo rezar, rezar y rezar!
Gracias por tus comentarios.