El diario personal de una mujer, mexicana, migrante y mamá que vive en Alemania… sus experiencias, sus anécdotas y sus opiniones!

Archivo para enero, 2010

Vuelvo a la paz…

Apenas hace unos días que llegamos a casa, después de unas largas vacaciones en Monterrey, mi ciudad natal.

Volamos el 17 de diciembre, y los días antes de Navidad se fueron como agua entre posadas, reuniones y fiestas. Disfruté mucho de cada reunión, donde saludamos a familiares y amigos, comimos de todo y pasamos ratos muy agradables. Como había mencionado antes, este año mis abuelos realizaron la posada del día 23 de diciembre, el 24 la pasamos en un restaurante y el 25 celebramos la Navidad en casa de mis papás. Hubo muchos regalos, mucha comida, muchas fotos y muchos momentos para recordar!
Del 26 al 29 de diciembre, Tom y yo nos fuimos a San Antonio, Texas donde además de hacer nuestras compras de costumbre, pasamos unos días de descanso sin las niñas que se habían quedado con mis papás. Había muchísima gente, pero encontramos todo lo que andabamos buscando. El hotel no era de 5 estrellas, pero descansamos y agarramos pilas para los días que seguían. Conocimos nuevos restaurantes y comimos mucho, claro… para seguir con la dieta post-navideña!!!
El año nuevo la pasamos en casa de mi hermano menor, donde prepararon una rica cena con carne asada, quesadillas, nopales y botanas! Mis hermanos y Tom tronaron cohetes a morir y comimos las tradicionales uvas para brindar por el año nuevo.El 2010 empezó muy bien y como ya es costumbre, celebramos el cumpleaños de Victoria en Monterrey. Esta vez en casa de mis papás, donde rompimos piñata, comimos pastel y la princesa recibió muchos regalos. Ya cumplió 5 años y solo le queda 1 por celebrar en México. Después, le tocará a Catalina celebrar el suyo cuando visitemos México en verano.
Volamos el 10 de enero de regreso y Alemania nos recibió con mucho frío y montones de nieve por donde quiera. Creo que nunca había visto tanta nieve en mi casa, y por lo que he oído hacía muchos años que no había un invierno tan frío. Ya me tocaba!
Después de desempacar las 6 maletas que trajimos, tener el coche en el taller por un par de días porque se murió justo despues de que llegaramos, y de celebrar el cumpleaños de Victoria con sus amiguitas alemanas, vuelvo a la paz… a mi rutina… a mi vida normal.
Fueron casi 4 semanas de vacaciones, y aunque se pasa rápido, creo que en esta ocasión disfruté cada día muchísimo y por lo mismo, me parecieron muy largas y placenteras. Como siempre, faltaron amigos de saludar, restaurantes que visitar, y cosas que hacer, pero de todas formas regresé feliz de todo lo que conocimos e hicimos en tan corto tiempo.

Pero el título de esta entrada no solo se refiere a mi paz o tranquilidad al volver a casa, sino literalmente porque vuelvo a un lugar pacífico y seguro. Con gran tristeza, tengo que aceptar que Monterrey al igual que el resto del país es zona de guerra. Una guerra no oficial y obviamente no aceptada por sus políticos, pero mas que declarada entre carteles del narcotráfico y grupos de delincuentes. Triste… muy triste!
El año anterior, ya había escuchado y leído mucho… las extorsiones se volvían cotidianas: aún a pequeños y medianos negocios, los robos y secuestros eran cosa de todos los días, la gente empezaba a tener miedo y poco a poco, cambiaba su rutina para sentirse más seguros. Pero ahora? La situación se ha salido de control y ha llegado a límites jamás imaginados. Monterrey era una ciudad segura, claro con los delitos y problemas de una ciudad grande, pero ahora ya no hay diferencia entre las ciudades fronterizas, el Distrito Federal o Monterrey. En todas partes se lee acerca de casos de «levantones», de balaceras, de asesinatos… ya es común que te roben el coche con pistola en mano, no importa si estas saliendo de tu casa, si estas recogiendo a tus hijos de la escuela o si estas en un alto en una calle transitada. Simplemente llegan, te piden las llaves y como si nada se llevan tu carro enfrente de tus narices. Y la autoridad? Mmmm… el delito se denuncia por cuestiones del seguro, para recuperar al menos el valor del coche, pero es casi seguro que no lo encontrarán y menos aún, que encuentren al delincuente que se lo robó!
En esta ocasión, mas de una persona me dijo «que bueno que no vives aquí». No lo puedo creer!!! las manos me tiemblan al escribir estas líneas y me cuesta trabajo imaginar cómo pueden vivir con ese miedo a diario. Yo no sueño con volver a México, pues mi vida ya esta hecha aquí… pero de todas formas amo a mi país y quisiera volver aunque sea de vacaciones con la tranquilidad de siempre. Cómo es posible que una minoría se salga con la suya y le robe la «paz» a millones de personas? Gracias a Dios ya no vivo allá, pues creo que no podría soportar tener miedo continuamente… que si las niñas son secuestradas al salir de la escuela, que si me robarán el carro mientras estoy en misa, que si le pedirán dinero a mi esposo por tener un negocio, que si me asaltan al salir del supermercado, que si entran a mi casa a robar lo que con mucho trabajo hemos podido comprar, que si me atravieso al ocurrir una balacera, que si estoy en un restaurante mientras llega un grupo armado a llevarse a alguien, que si me llaman por teléfono para asustarme… suena exagerado? ojalá fuera solo exageración y no la realidad de tantas personas que conozco y que ya tienen miedo incluso de contestar el teléfono, abrir la puerta de su casa o salir de noche.

Rezo para que pronto llegue la paz a México entero, que se encuentren soluciones a tantos problemas que le aquejan, que la autoridad cumpla con su deber, que la gente viva sin miedo, que el narcotráfico no reine en este país tan maravilloso y que la desgracia no llegue a casa de amigos y familiares. Rezo y ruego a Dios, a la Virgen María y a todos los Santos para que así sea. Desgraciadamente no puedo hacer más. Sólo rezar, rezar y rezar!

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Una vez mas…

Una vez mas hemos recibido una señal, un aviso, un mensaje: la naturaleza es mas fuerte que nosotros!

Ahora le ha tocado a Haití, una islita en el Mar Caribe, el país mas pobre del continente americano, un terremoto que ha dejado miles de muertos y millones de personas sin hogar, sin familia y sin esperanza.

La Madre Naturaleza es divina… nos alimenta y da un hogar: ese planeta que llamamos Tierra. Gracias a ella tenemos agua y mares para saciar nuestra sed y pescar cuanto deseamos…. tenemos el viento que esparce las semillas de un lado a otro…. tenemos plantas, árboles, flores y frutos que en una combinación perfecta equilibran nuestro ecosistema y nos dan de comer… tenemos miles de especies animales que nos ofrecen alimento, nos apoyan en labores difíciles, e incluso nos divierten y acompañan… tenemos astros que iluminan nuestro día con día y el sol maravilloso que nos ofrece su calor… tenemos lluvia y nieve, brisa y rocío, lagos y ríos…
Pero así como la naturaleza nos ofrece tantas bondades, nos sorprende de vez en cuando con su fuerza! Los mares se enfurecen y convierten esas aguas poderosas en huracanes o tsunamis que no solo provocan lluvias torrenciales u olas gigantescas, sino que desaparecen costas e inundan ciudades enteras… la tierra que nos da un suelo, se desquebraja y con movimientos a gran escala, destruyen edificios, carreteras y hogares… y ese viento que sopla tan plácidamente casi a diario, de repente puede arremolinarse y convertirse en un monstruoso tornado que se lleva todo lo que se atraviesa a su paso.
La Naturaleza siempre ha sido mas fuerte que la especie humana y lo más que hemos podido lograr es predecir algunas de sus sorpresas y tomar medidas de precaución. Pero no podemos hacer más que eso. Y cuando esas sorpresas llegan, sólo nos queda brindar apoyo y ayuda, organizar brigadas de rescate y tratar de recuperar esas ciudades, costas o países destruídos.

Y qué mas podemos aprender de estas sorpresas que muchas veces llegan sin aviso alguno? Además de la solidaridad, comprensión, oraciones y ayuda que podemos ofrecer, debemos aprovechar esta oportunidad para valorar lo que tenemos y vivir cada día intensamente. Sé agradecido con la naturaleza que te da tanto, y cuídala! Cuida los bosques y selvas, no contamines los ríos y lagos, recicla el plástico, papel y aluminio… cuida los animales, respeta los mares, no tires basura a la calle… ama tu planeta y lo que tiene dentro porque te proporciona la vida.
No creo ni sé a ciencia cierta si la fuerza de la naturaleza sea mayor o igual que hace miles de años, cuando la especie humana sólo era una pieza mas del rompecabezas. Ahora que el ser humano trata de dominar el mundo entero con tecnología, desarrollos y ciencia… la naturaleza parece seguir como siempre, pero al ser más habitantes y poblar o sobrepoblar algunas ciudades, pareciera que las catástrofes son mayores. Mmmm, pero yo supongo que la fuerza de la naturaleza sigue siendo la misma.

Así que una vez mas, a ayudar a los necesitados en Haití… a hacer conciencia sobre nuestro medio ambiente… y a vivir plenamente para ser felices y hacer felices a los que nos rodean!!! Si cada quien pone su granito de arena, este mundo será cada día mas bello y feliz!

Cinco años de mama

Hace 5 años dejé una vida de ejecutiva que viajaba por el mundo, ganaba buen dinero y cambiaba de proyectos continuamente para empezar una nueva faceta de mi vida: la de ser madre de familia.

Victoria vino a dar un giro de 360 grados a mi diario vivir. Cambié aeropuertos por parques, documentos importantes por pañales, juntas por reuniones de estimulación temprana, noches en bares y restaurantes de lujo por desveladas en casa,  tacones por zapatos cómodos, trajes sastre por jeans y ropa holgada; dejé  de conocer nuevas culturas para aprender a vivir con un bebé en casa, de probar platillos de cada país para preparar papillas, de acumular millas para acumular abrazos y besos.

Poco tiempo después de nacer Victoria, recibimos la noticia de estar esperando otro bebé y con solo 18 meses Victoria se convirtió en la hermana mayor de Catalina. Los pañales, biberones y desveladas se multiplicaron así como mis labores de mamá.

Ahora, después de ese giro en mi vida y a 5 años del nacimiento de nuestra primogénita, entro en una nueva fase. Sigo siendo mamá claro está, pero finalmente mi diario vivir vuelve a tener tiempo para mi como mujer. Las niñas son ahora independientes, comen de todo, juegan entre ellas, van al jardín de niños toda la mañana y duermen toda la noche!

Así que el 2010 pinta muy bien! Trataré de integrar mas horas de trabajo a mi rutina diaria, aunque con el proyecto de la mudanza no podré hacer tanto como quisiera. Poco a poco mi guardarropa de mama con bebés se va convirtiendo en guardarropa de mamá moderna que trabaja y mi día incluye horas para hacer ejercicio, tener mas vida social (que nunca he dejado) y consentirme.

Doy gracias a Dios por estos primeros 5 años de vida de Victoria y pido para que la siga bendiciendo con salud, virtudes y hermosos momentos.

Y aprovecho para desearles a todos mis fieles lectores un año nuevo lleno de bendiciones, satisfacciones, éxitos y buenas experiencias! Que Dios los bendiga hoy y siempre.

Una Navidad diferente…

Desde que tengo uso de razon y memoria, he festejado la nochebuena en

casa de mis abuelos maternos. Pero este año mi abuelita no quiso hacer
la cena de Navidad por diversas razones y quiso hacer la Posada del día
23.
Que siguió igual?
Los invitados – toda la familia: hijos, nietos, bisnietos y mis abuelos
Los regalos- de padrinos a ahijados, de bisabuelos a bisnietos y de familia a familia
El vestuario- a pesar de no ser Navidad todavía todos iban muy guaposQue fue distinto?
El día, aunque el horario siguió igual: por la noche
El menú – en lugar de los tradicionales tamales y el bacalao, mi abuelita preparó menudo
El
contenido de la noche- como nadie tenía prisa por irse a otra casa a
seguir festejando, se disfrutó de un ambiente muy relajado. Nadie tenía
prisa en comer y nadie se preocupo por comer poco, sino por el
contrario se hizo sobremesa, se tomó ponche con el postre y para cerrar
la noche con broche de oro se proyectaron algunos primos en la cantada.
Ya parecía noche de talentos y hasta los bisnietos cantaron sus
melodías favoritas.

Fue una navidad muy diferente y seguramente
las próximas seran parecidas o incluso mejores que esta. El hecho de no
tener que correr a otra casa marcó la diferencia y nadie querrá volver
a esa fea costumbre de estar un ratito con cada familia. Lástima que
solo me quede una Navidad en Monterrey,  pues tanto yo como mis hijas
disfrutamos mucho la compañía de los primos, tíos y abuelos. Ni hablar,
ya encontraremos el lado bueno de pasar la Navidad en Alemania, donde
gracias a Dios también tenemos familia (mas pequeña y menos efusiva)
con quien celebrar esta fiesta tan especial.

La nochebuena la
pasamos en un restaurante con mis papas. Comimos de todo un poco del
buffet navideño, no tuvimos estrés de cocinar, servir y lavar platos y
antes de las 12 ya estábamos en casita.

El día 25 las princesas
abrieron los regalos que Santa les dejó durante la noche y al mediodía
comimos en casa de mis papas, a donde vinieron mis abuelos y mis
hermanos con sus familias. Comimos pierna adobada, ensalada de manzana
y espaguetti verde. Todo delicioso, después intercambiamos regalos y
pasamos una tarde muy agusto.

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