El pasado martes falleció el papá de mi mejor amiga en un accidente automovilístico. Fué una sopresa para todos y como siempre estas ocasiones nos hacen detener nuestra apresurada vida y pensar en lo frágil que es. Nos hace pensar en lo rápido que puede cambiar la vida de todos, en el dolor que la familia estará pasando, en el tiempo que tomará recuperarse y volver a la normalidad.. en fin! en muchas cosas…
En mi caso muy particular, hizo volver a mi mente uno de mis mayores miedos… el no estar aqui cuando la muerte toque a la puerta de mi familia. Porque el no estar en momentos de felicidad como bodas, bautizos, Navidades o días de fiesta es realmente triste, más aterrador me parece el no estar en momentos de enfermedad, hospitalización o muerte de algun familiar cercano. Claro, no podré hacer mucho desde allá y no me puedo venir a vivir aqui simplemente por eso.
El padre en la Misa del papá de Lorena comentaba que estaba seguro que Don Ramiro estaba listo para rendir cuentas a nuestro Señor. No tengo la menor duda pues por lo poco que lo conocí, sé que era una persona honrada y buena, cariñosa y pendiente de su familia. El Padre hacía mucha referencia a que tenemos que estar preparados cuando llegue nuestra muerte… pero yo hago otra reflexión y creo que además de estar preparados para nuestro último día, tenemos que estar preparados para el día que nuestros familiares o amigos falten. Me refiero a estar en paz, sin rencores ni malos sentimientos con nuestros papás, hermanos, hijos, etc para que si un día parten de sorpresa no nos quedemos con esas frases de cariño, de perdón o de arrepentimiento en nuestros corazones.
El vivir lejos de la familia me ha hecho madurar y pensar en cosas que si hubiera vivido en la misma ciudad nunca se me hubieran ocurrido. Así que cada vez que dejo Monterrey, trato de ver y despedirme con cariño de mis amigos… para ellos talvez no sea tan importante verme porque creen que volveré en otra ocasión… y si no? Procuro buscar y encontrarme con la mayoría de ellos pero cada vez me doy cuenta que la amistad se ha debilitado y en muchas ocasiones me voy sin haber visto a ex-compañeros de trabajo, de la escuela o de la infancia. Algunas veces me quedo poco tiempo, otras veces vengo por meses y aún así siempre me falta ver a alguien. Ya no insisto como antes, pues no quiero caer gorda, jeje. Pero siempre me voy con ese deseo de ver a TODOS. Con la familia no pasa lo mismo, pues gracias a Dios siempre los veo más de una vez.
Así que aplico esa frase trillada «En vida, hermano, en vida». Ahora que se acerca la Navidad, regala Amor, Perdón y Comprensión a todo áquel que te rodea. Vive en paz con tu pareja y tus hijos, borra esas diferencias con tus hermanos y sobretodo perdona a aquellos que crees que te han hecho daño. Este tiempo navideño es muy especial, todos traen los sentimientos a flor de piel, qué mejor oportunidad para sonreir y hacer felices a los demás.
Van a creer que estoy loca… que ya quiero hacer retiros espirituales o que ando muy sentimental. No es eso, simplemente creo que he tenido oportunidad de valorar la amistad y la familia por vivir lejos y veo que los que viven cerca de sus familiares no aprecian lo bueno que tienen y lo mucho que extrañarían al estar lejos. Disfruta a tu familia y a tus amigos si estan cerca, y a los que los tienen lejos siempre despídete con cariño pues nunca se sabe cuándo se volverán a ver.
Que esté tiempo de preparación para recibir al Niño Dios llene sus corazones de amor y alegría!!! Ya sólo faltan 6 días!!!
Gracias por tus comentarios.