Se llegó el día esperado… el que sería un día muuuuy largo y muy cansado, pero a la vez el día en que pisaríamos tierras mexicanas una vez más y abrazaríamos a los abuelos después de 11 meses de ausencia.
El día comenzó con el timbre del despertador
a las 4:30 de la mañana… Tom y yo nos arreglamos, luego con mucho cuidado despertamos a las nenas, las cambiamos y terminamos de empacar los últimos detalles. Una vecina nos hizo el favor de llevarnos al aeropuerto en nuestro propio auto
, y pasamos por ella a las 5:30 am. El camino al aeropuerto estuvo despejado y llegamos un poco antes de las 7 al mostrador de KLM con nuestras 4 maletas y dos piezas de equipaje de mano. Documentamos sin problemas (ya había pesado las maletas para que no pasaran de los 23 kilos reglamentarios) y nos fuimos a desayunar
.



Nuestro primer vuelo
salió puntualmente a las 9 de la mañana con destino a Amsterdam y Victoria estaba fascinada con tantos aviones y cosas nuevas. Ese vuelo estuvo muy tranquilo, solo dura 1 hora y en un abrir y cerrar de ojos ya estábamos en Holanda. Por primera vez, pasamos migración sin hacer colas… no había nadie! Después de mucho caminar, llegamos a nuestra sala donde todavía tuvimos que esperar un rato más. Ya en la sala me empecé a sentir como en México, pues la mayoría de los pasajeros eran paisanos y el alboroto se sentía por doquier. Empezaron con el proceso de abordaje con mucha anticipación, pues teníamos que pasar seguridad (lo de siempre: quitarse cinturones, zapatos, pasar maletas, carreola, chaquetas por rayos X, etc). Finalmente abordamos el Jumbo Boing 747-400 que volaría poco más de 11 horas y media por los cielos para traernos a la Ciudad de México.

Ufff!!! Que vuelo
más largo! Sobretodo cuando las niñas no duermen y andan viendo como se entretienen durante 11 horas!!! Además la mamacita (osea yo) traía una gripa fatal, con dolor de espalda, jaqueca, garganta irritada, nariz tapada y mucho sueño! Si no fuera por Tom, hubiera pedido un paracaídas para salirme de ese avión lo antes posible, jeje!
Comimos, fuimos muchas veces al baño, intentamos dormir, vimos parte de películas, jugamos con Victoria, tomamos mucha agua, pasaron las horas y finalmente llegamos a nuestro destino. Las niñas venían rendidas, así que la espera en el aeropuerto de la Cd.de México no fue tan placentera, pues andaban un poco necias. Tom y yo cenamos algo en la sala de espera y a las 8 de la noche (3 am tiempo Alemania) salió nuestro último vuelo hacia Monterrey. Con un poco de retraso y malos entendidos con la carreola, recogimos nuestras maletas pasadas las 10 pm. Mi papá ya esperaba impaciente por nosotros y nos condujo a casita sin perder más tiempo
. Las niñas se durmieron en el carro
pero al llegar a casa, andaban como si nada… después de saludar a mi mamá y hermano, platicar un rato, ver que Tom mandara un correo a su trabajo, finalmente nos acostamos cerca de la 1 de la mañana (8 am tiempo Alemania). Realmente fue un día muuuuuy largo y más pesado de lo que esperaba debido a mi gripa, pero valió la pena al ver nuevamente a mis papás y a mi hermanito Pato en mi México lindo y querido!




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